Se ha conocido que Basquevolt, la empresa de baterías vasca, no recibirá fondos del Moves Singulares II.
La ayuda iban a ser destinados para una planta piloto para la fabricación de electrolitos basados en polímeros para celdas de batería sólidas.
La solicitud fue de 14,7 millones de euros para financiar el proyecto.
Pero la puntuación que brindó el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE) no le permitió acceder a esos fondos.
“El Moves es muy lento. Estuvimos desde octubre del año pasado esperando una respuesta oficial”, expresa Francisco Carranza, CEO de Basquevolt, a Portal Movilidad España.
Además, agrega que no es el mejor espacio para recibir financiación para las baterías de coches eléctricos.
¿Por qué? Ya que se presenta como un plan de ayudas mayormente destinado a cargadores de vehículos eléctricos.
“Suele suceder que se financien proyectos relacionados a la movilidad eléctrica de este estilo”, comenta Carranza.
La empresa ha presentado un recurso para obtener más información sobre la decisión, ya que solo han tenido respuesta oficial mediante el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Entonces, ahora la empresa espera tener una respuesta definitiva, ya que considera que el proyecto merece la pena ser revisado una vez más.
Igualmente, este no es el único mecanismo de financiación considerado por Basquevolt. Se trata de entidades españolas y europeas.
El CEO reconoce que se ha optado por varios instrumentos porque es “complicado” en ocasiones saber cuál es el adecuado para cada proyecto. “De todas formas se lo intenta”.
De parte del IDAE no han recibido una respuesta más que lo publicado en su web oficial.
Pero, según el punto de vista de Carranza, se debe a una opinión de un comité de expertos externo que se encarga de evaluar cada uno de los proyectos presentados.
El proyecto presentado por Basquevolt
Se trata en concreto de una planta piloto para la fabricación de electrolitos basados en polímeros para celdas de batería sólidas.
Basquevolt tiene dos etapas en los próximos años: el paso piloto y las líneas de producción.
En ambas se debe invertir “muchísimo” dinero – más de mil millones-.
“Los inversores siempre van a pedir ciertos elementos que reduzcan el riesgo, ¿cómo te voy a dar mil millones? Si tú lo que tienes es un centro de madurez”, expresa Carranza.
En este proceso hay una etapa intermedia, que se le llama de fabricación piloto.
En vez de una fabricación en serie, se hace una fábrica con máquinas equivalentes que se tendrían en una gigafactoría.
Por ejemplo, en una de las etapas del proceso de Basquevolt se necesitan 14 máquinas.
Esto se hace a menor escala para que los operarios del equipo de trabajo comienzan familiarizarse con el producto.
“Así obtienen un tiempo donde puedan ir entrenando en la máquina definitiva antes de meterse en producción a escala, es una etapa de reducción de riesgo”, explica el CEO de Basquevolt.
El objetivo de la empresa vasca es poner en alto la industria tecnológica española y presentar ventajas competitivas suficientemente altas para destacarse.
Para ello primero se debe llevar a cabo una fábrica piloto de celdas de estado sólido, que es el componente específico de este tipo de productos.
“Estas baterías son de nuestra propiedad y eso hace que sea diferente al resto”, aclara Carranza.
Basquevolt optará por el PERTE
El CEO de la empresa vasca afirmó también a Portal Movilidad España que la empresa presentará su proyecto al Perte del Vehículo Ecléctico Conectado en su segunda edición.
Así, buscará obtener un instrumento de financiación realmente importante ya que según ha trascendido las baterías jugarán un rol importante en esta próxima convocatoria.
El sector continúa a la espera de que se presenten las bases del Perte para preparar la papelería para el mes de junio, cuando será formalmente abierto.