Desde 2018, BeePlanet Factory diseña y fabrica sistemas de almacenamiento sostenibles, utilizando baterías de segunda vida provenientes de vehículos eléctricos.
Estas conservan una considerable capacidad de almacenamiento, oscilando entre el 70 y el 90 por ciento, y ofrecen un alto rendimiento, lo que las hace perfectamente funcionales para otras aplicaciones.
El desafío al que se enfrenta la firma en este mercado es proporcionar un producto competitivo y económico, especialmente considerando la fuerte presión de marcas chinas de baterías.
Según afirma Jon Asin, Gerente y Cofundador de la firma, a Mobility Portal España, la situación ideal en el mercado sería que todos los actores operaran bajo las mismas condiciones de producción.
«Los subsidios estatales que ofrece China alteran mucho las reglas de juego«, subraya.
Europa cuenta con un gran potencial, aunque enfrenta dificultades para competir con el mercado de vehículos asequibles impulsados por el país asiático.
Como respuesta a esta situación, la Comisión Europea se encuentra realizando una investigación sobre China por las ayudas que concede a la producción de vehículos eléctricos.
Desde la Unión Europea consideran esto como una “práctica desleal” que distorsiona el mercado de la UE.
Este fenómeno parece verse reflejado en todo el sector de producción de coches de bajas y cero emisiones.
No obstante, Asin sostiene: «Creemos que la competencia por la reutilización de baterías se ganará, gracias a que el volumen previsto de baterías de segunda vida es gigantesco”.
Tan solo en Europa se prevé una capacidad de 35 gigavatios hora para el año 2030, equivalente a las baterías de aproximadamente 700.000 automóviles cada año.
Por lo que el desafío no solo recae en las empresas recicladoras, sino también en la sociedad, que se verá obligada a tomar decisiones respecto al manejo de las 700.000 baterías anuales.
Este escenario ya se puede observar en los “cementerio de vehículos eléctricos” en China.
En los últimos años, se ha notado que en algunas ubicaciones del país los coches eléctricos se están acumulando debido a la elección de los usuarios de abandonarlos, causando efectos negativos en el ecosistema.
Esto suscita preocupaciones tanto entre los actores de la industria como entre funcionarios y ciudadanos de las áreas afectadas.
Para adelantarse a esta problemática, la UE ha adoptado un reglamento con objetivos concretos para mejorar la producción, el uso, tratamiento y reciclaje de las baterías.
Se trata de una normativa que refuerza las regulaciones en materia de sostenibilidad aplicables a pilas, baterías y sus residuos.
Este enfoque tiene como objetivo facilitar la extracción y sustitución de las mismas, con el propósito de abordar los riesgos sociales y ambientales dentro de la UE.
De esta manera, se promueve una economía circular regulando las pilas y baterías a lo largo de todo su ciclo de vida.
En este punto se destaca BeePlanet Factory, pionera en Europa en la fabricación e instalación en red de sistemas de almacenamiento de energía, utilizando baterías de segunda vida provenientes de vehículos eléctricos.
Actualmente, la compañía cuenta con una capacidad de aproximadamente 20 megavatios, lo que le permite transformar unos 500 coches al año.
“La expectativa para este año es vender al menos 30 megavatios hora”, asegura Asin.
BeePlanet Factory instalará una planta de reciclaje de baterías en Navarra
Con el objetivo de anticiparse a la creciente demanda de reciclaje de baterías que se producirá por los vehículos eléctricos, la compañía ha formalizado un acuerdo con SungEel HiTech.
Ello en colaboración con otras empresas destacadas, tales como las españolas Medenasa, Truck&Wheel-TW Group, Sodena, y Samsung C&T, enriqueciendo la contribución del componente surcoreano.
Esta Joint Venture lleva el nombre de Beecycle Reuse & Recycling S.L.
Juntas colaborarán en la reutilización y reciclaje de baterías de iones de litio procedentes de vehículos eléctricos.
Para ello construirán una planta de 10.000 TPY de black mass en la localidad de Caparroso, en la Comunidad Foral de Navarra, con la puesta en marcha prevista para el año 2025.
Esta cantidad equivale a la capacidad de reciclar 25.000 coches al año.
Esto supone una inversión de 18.5 millones de euros.
En este contexto, recientemente han recibido una subvención de 1,6 millones de euros en el marco del PERTE VEC II.
El proyecto supone un presupuesto financiable total de casi 11 millones de euros.
El proyecto contempla la contratación de 60-70 empleados encargados de procesar tanto las baterías al final de su vida útil como la chatarra proveniente de la fabricación de celdas.
“Se espera que la construcción comience a finales de 2024 y el tiempo de la ejecución de la planta lleve aproximadamente un año para estar operativa a finales de 2025”, detalla Asin.