En las elecciones parlamentarias del Reino Unido del 4 de julio, Keir Starmer fue elegido Primer Ministro tras una aplastante victoria del Partido Laborista, que obtuvo 412 de 650 escaños, superando con creces la mayoría necesaria de 326.
Esta sorprendente victoria pone fin a 14 años de gobierno conservador, derrocando al ex líder Rishi Sunak y significa un cambio radical en la política británica.
Pero, ¿qué le espera a la electromovilidad?
Algunos expertos de la industria expresaron satisfacción con los resultados, argumentando que el Reino Unido ahora tiene “ un gobierno que apoya la adopción de vehículos eléctricos (EV) ” y está “comprometido a promover infraestructuras renovables y sostenibles en la región”.
¿La razón?
La facción de Starmer ha prometido invertir en gigafábricas productoras de baterías en la región y colaborar con empresas para mejorar los acuerdos comerciales.
Al mismo tiempo, pretenden acelerar la infraestructura de carga de coches eléctricos, mejorando significativamente la accesibilidad de carga para los usuarios británicos.
También planean reformar el marco institucional para alinearlo con su compromiso de emisiones netas cero, asegurando que las instituciones financieras del Reino Unido desempeñen un papel clave en la movilización de capital hacia inversiones sostenibles.
Sin embargo, llama la atención que en su manifiesto y declaraciones recientes, Starmer no abordó la movilidad eléctrica, ni se menciona el tema en la sección “Los primeros pasos de los laboristas hacia el cambio ”.
Políticas de movilidad eléctrica del gobierno anterior del Reino Unido
Entre 2022 y 2024, bajo el liderazgo de Sunak, el Reino Unido implementó importantes medidas para promover la electromovilidad, centrándose en incentivos económicos, infraestructura de carga, regulaciones e iniciativas de concienciación pública.
Uno de los pilares de esta transición fue la Subvención para Coches Plug-in.
Aunque el importe de la ayuda ha disminuido en los últimos años, la versión actual, en vigor desde julio de 2024, ofrece hasta 1.500 libras para los coches eléctricos que cuesten menos de 35.000.
Sin embargo, el apoyo a los híbridos enchufables se ha reducido considerablemente.
En cuanto a los costes recurrentes, los coches eléctricos generalmente están exentos del impuesto de circulación durante el primer año y tienen tipos mucho más bajos en los años siguientes.
Además, muchas ciudades, como Londres, han implementado zonas de emisiones ultrabajas (ULEZ) que eximen a los vehículos eléctricos de los cargos por congestión.
La ampliación de la red de carga es otro aspecto crucial de las políticas de electromovilidad de Sunak.
El objetivo era establecer una infraestructura de carga integral que cubriera todo el país, incluidos cargadores rápidos en estaciones de servicio de autopistas, áreas urbanas para recargas más rápidas y puntos de carga en destinos como lugares de trabajo y supermercados para las necesidades diarias.
En cuanto a la normativa, el Mandato de Vehículos de Cero Emisiones (ZEVM) es una política en desarrollo implementada desde 2020.
Este mandato establece objetivos para los fabricantes de automóviles, exigiéndoles que vendan un porcentaje cada vez mayor de vehículos de cero emisiones cada año, incentivando así a los fabricantes a introducir más coches eléctricos en el mercado.
Al mismo tiempo, el Reino Unido reafirmó su compromiso de eliminar gradualmente los vehículos de gasolina y diésel.
Sunak prohibió la venta de coches y furgonetas nuevos de gasolina y diésel a partir de 2030, seguido de una eventual prohibición de su uso, cuya fecha exacta aún está por determinar.
El gobierno y las entidades industriales también lanzaron campañas de concientización pública para educar a los ciudadanos sobre los vehículos eléctricos.
Estas campañas abordan preocupaciones comunes, como la «ansiedad por la autonomía«, y destacan los beneficios de los automóviles eléctricos, incluidos menores costos operativos y ventajas ambientales.
Además, se han implementado esquemas de carga en el lugar de trabajo, que brindan incentivos fiscales a las empresas para instalar puntos de carga de vehículos eléctricos.
Esto promueve la adopción del coche eléctrico entre los empleados, fomentando un entorno más sostenible.