El 6 de mayo, en la ciudad de París, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Xi Jinping, presidente de la República Popular China, se reunieron para discutir la relación entre la Unión Europea (UE) y China.
¿Cuál es el motivo de este encuentro?
Es bien sabido que la UE y el gigante asiático mantienen una relación tensa por muchos motivos.
“El vínculo entre ambas regiones es compleja. Una China que juega limpio es buena para todos nosotros”, afirma Von der Leyen.
«Al mismo tiempo, Europa no dudará en tomar las difíciles decisiones necesarias para proteger su economía y su seguridad», añade.
El motivo de esta “tensión” es que, el año pasado, la Comisión Europea formalizó una investigación contra los fabricantes de automóviles chinos por la “invasión” de sus vehículos eléctricos, argumentando que los productos se ofrecen a precios “artificialmente bajos”, y además por no proporcionar los informes mensuales requeridos.
Además, el 5 de marzo de 2024, Von der Leyen emitió un comunicado anunciando la implementación de una nueva regulación para el mercado de la electromovilidad, que tendrá vigencia durante los próximos nueve meses.
Esta directiva supone imponer medidas de matriculación a las importaciones de vehículos eléctricos nuevos del gigante asiático capaces de transportar hasta nueve pasajeros.
Al respecto, el dirigente expresa: “Existe el riesgo de que un número cada vez mayor de productores de la UE sufran una caída en las ventas y una reducción en los niveles de producción si las importaciones chinas continúan en los niveles crecientes actuales a precios supuestamente subsidiados, como se ha demostrado hasta ahora”.
Es importante mencionar que los datos recopilados hasta ahora muestran importaciones masivas durante un período relativamente corto.
La cantidad de estas importaciones entre octubre de 2023 y enero de 2024 ronda las 177.839 unidades, lo que supone un incremento del 14% entre ambos meses.
Además, según un informe de Transport&Environment de marzo, casi una quinta parte (19,5%) de los coches eléctricos vendidos en Europa el año pasado se fabricaron en China.
Además, se espera que esta proporción alcance aproximadamente una cuarta parte (25%) en 2024.
Entonces, ¿qué se discutió específicamente en la reunión UE-China?
La presidenta de la Comisión Europea revela en un comunicado tras la reunión que, inicialmente, se habló de la “inundación” de productos chinos subvencionados en el mercado europeo.
«China sigue apoyando masivamente a su sector manufacturero y, sumado al estancamiento de la demanda interna, el mundo no puede absorber el excedente de producción de China«, determina.
Como solución, Von der Leyen propuso al presidente del gigante asiático abordar estos excesos, y posteriormente coordinarse con los países del G7 y las economías emergentes, que también se ven cada vez más afectados por las distorsiones de los mercados.
Además, sugiere que para garantizar la equidad en el comercio, es necesario el acceso mutuo y recíproco al mercado.
«Estamos dispuestos a hacer pleno uso de nuestros instrumentos de defensa comercial si es necesario», afirma Von der Leyen.
«No podemos aceptar prácticas que distorsionen el mercado y puedan conducir a la desindustrialización aquí», añade.
Sin embargo, Xi Jinping no se queda atrás en este juego de «dar y recibir».
En enero de 2024, China inició una investigación antidumping sobre las importaciones de brandy procedentes de Europa.
Esta medida se interpretó en gran medida como una represalia dirigida específicamente a Francia, un país que apoyó firmemente el caso comercial de la Comisión Europea contra las importaciones de automóviles eléctricos chinos.
Las autoridades francesas habían introducido inicialmente un bono ecológico que concedía a los usuarios que quisieran comprar un coche eléctrico la suma de 4.000 euros.
Sin embargo, en una modificación realizada a principios de año, decidieron excluir de este subsidio a los vehículos eléctricos chinos.
«Tenemos que hacer de Francia el primer país del continente en producción de vehículos limpios«, habría declarado entonces el presidente Emmanuel Macron.
Por lo tanto, si la UE impone aranceles, es probable que China tome medidas recíprocas con respecto a las importaciones.
Otros representantes del sector chino, de grandes empresas como MG y BYD, se sumaron a la denuncia de Liu y consideraron esta medida «discriminatoria«, alegando que la subvención estaba «destinada a excluirlos«.