Hoy inicia una nueva semana de debates dentro de la 27ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27).
Particularmente en los próximos días podrían darse conversaciones claves sobre la manera de abordar la descarbonización del transporte y frente a ello, el Responsable de Movilidad de Greenpeace, Adrián Fernández Carrasco, coloca como primera prioridad la definición de una hoja de ruta viable para reducir las emisiones en este sector.
“Valoraremos que se comiencen a descartar falsas soluciones. Ahora hay un enorme abanico de alternativas que prometen la sostenibilidad, pero que funcionan como un caballo de troya para seguir introduciendo energías fósiles”, expresa el especialista en diálogo exclusivo con Portal Movilidad España
La neutralidad tecnológica no es una respuesta desde el punto de vista de Greenpeace.
El gas natural, que en Europa está considerado dentro de taxonomía una solución verde, realmente no ayuda a la descarbonización.
Los combustibles sintéticos, otro de los protagonistas del momento, son «caros e ineficientes», cómo así también según Transport & Environment (T&E) los coches que los utilizan «emiten significativamente» más CO2 que los eléctricos y emiten tantas emisiones tóxicas de NOx como los de gasolina.
Por ello, se exige que se definan los criterios para determinar si una tecnología es viable o no para la transformación del sector transporte.
“Deben terminarse las supuestas soluciones para todo. Un ejemplo de esto es el hidrógeno verde. Parece que sirve para todo, pero en realidad no es así”, apunta Adrián Fernández Carrasco.
De momento, la producción de este vector es muy limitada. Hace falta muchísimo excedente renovable para poder cubrir toda la demanda que ciertos actores pretenden acaparar.
Frente a lo que agrega: “Defendemos el uso de hidrógeno verde, pero en aquellos sectores donde más difícil sea la electrificación, como lo es el transporte marítimo o el por carretera pesado”.
Jornadas claves por delante
La realidad es que en la primera semana de la esta COP 27 el transporte, la movilidad sostenible y la electromovilidad no han tenido gran protagonismo.
Según declaraciones que ha obtenido este medio todavía no se ha establecido “una masa crítica” que permita avanzar sobre este tipo de temáticas.
Pero la realidad está en que la cumbre todavía no ha finalizado y todavía quedan por delante dos jornadas claves: el 16 y 17 de noviembre.
En la primera fecha, la Global Climate Action presentará iniciativas en torno a transporte, luego de las actividades propias de la conferencia internacional.
En la segunda, ya en el marco del evento principal, la jornada temática titulada “Día de Soluciones” contendrá en su cronograma una sesión referida a movilidad sostenible y urbana.
Allí se dará a conocer oficialmente la iniciativa de la presidencia de la COP 27 en apoyo de vías de transporte equitativas, saludables, verdes y resilientes en África y el Sur Global.
Se exhibirán tecnologías innovadoras orientadas a soluciones de transporte bajas en carbono, asequibles y saludables en el entorno urbano.
Ante todo, mayor ambición
Al inicio de una nueva cumbre de cambio climático las expectativas de Greenpeace siempre están puestas en elevar el nivel de ambición.
“Solemos irnos de este tipo de encuentros con la sensación de fracaso por no haber alcanzado el grado de acción necesaria y nos alerta, debido a que cada vez son más visibles los efectos de la crisis climática”, reflexiona en este punto el representante de la organización.
Es por ello que este año al hablar de reducción de emisiones, quieren que se dé un paso más allá estableciendo que a 2030 se reduzcan al menos el 50% del total previsto a 2050.
“Muchos compromisos son vagos o ambiguos. El camino es prácticamente plano hasta el último segundo, no se está intentando apurar y hasta en algunos casos se demora el proceso, lo que solemos llamar retardismo”, añade.
Es en este punto donde llaman a la acción inmediata. Greenpeace pide que se emitan aquellas políticas que puedan ser “incómodas” para determinados poderes económicos y que permitan reafirmar el avance sobre la neutralidad de emisiones.
El sector de la automoción ha tenido un considerable punto de inflexión, que es celebrado por la organización ambientalista.
Según expone Fernández Carrasco, ha pasado de tener una visión “sumamente negacionista”, a una mucho más eficiente en pos de la sostenibilidad.
Los grandes fabricantes de coches han delineado hojas de rutas ambiciosas, con metas de reducción de emisiones que van desde el 2027 hasta el 2035, empujados por la normativa europea y la necesidad de avanzar sobre un cambio tecnológico urgente.