Actualmente existen en España unos 600.000 usuarios de vehículos eléctricos y unos 18.000 puntos de recarga. Además, de esos 18.000 equipos de recarga, alrededor de un 20%, unos 3.600, están fuera de servicio por falta de mantenimiento u otros problemas.
Pero, ¿por qué motivo se descomponen? Una de las principales razones es la falta de mantenimiento. Por lo tanto, Portal Movilidad España consultó a Guillermo Escudero, CEO eCONEQ.
“Mucha gente no es consciente de que el mantenimiento es necesario”, comenta.
Este escenario salpica a compañías energéticas, empresas automovilísticas o ayuntamientos encargados de gestionar estos puntos de recarga eléctrica.
Desde el sector tachan este número de “muy alto” y argumentan que es una de las demandas que ha trasladado al Gobierno.
El cargador, para ser testeado, se comprueba el apriete de todos los contactores internos. Se chequea cuando se pone a cargar el vehículo eléctrico.
El punto de recarga sube de temperatura y suceden dilataciones y contracciones que pueden afectar a que los contactores, los tornillos que sujetan los cables, se aflojen.
En el caso de que suceda, se verifica que todos los conectores estén en su lugar correcto. Si no lo tienen, se reajusta y se realiza un chequeo visual de que la electrónica no haya sufrido ningún sobrecalentamiento.
Además, al abrirlo se revisa que los cables no presenten humedad y que el cargador, en su interior, no tenga residuo alguno.
Cuando se trata de un punto de recarga instalado en zona rural, se realizan controles para ver si hay bichos en su interior.
Otro punto que destaca Escudero es que en estas zonas puede llegar a haber roedores, por lo que se debe revisar exhaustivamente que los cables no hayan sido comidos.
También, importante es ver el tubo. Este no debe haber recibido golpes o, lo mismo con los roedores, que tenga agujeros.
“En cuanto al tema software, lo único que comprobamos nosotros es si tenemos acceso porque hay puntos de carga que no tienen conectividad. Vemos que haya una buena conexión y comunicación”, explica el CEO de eCONEQ.
Explica que, normalmente, no se puede hacer mucho más. El software dependerá del fabricante, entonces, la empresa instaladora verifica su funcionamiento. En caso contrario, se comunica con la factoría.