Este martes 28 de junio, los Estados miembro de la Unión Europea intentarán fijar posición sobre algunos de los principales ejes del paquete de medidas “Fit for 55”, con intención de próximamente trabajar las principales medidas para la mayor transición ecológica de la historia de la región.
En este marco, los ministros abordarán la reforma de los nuevos límites de CO2 previstos para coches y furgonetas, así como la fecha en la que solo podrán venderse vehículos eléctricos de “cero emisiones”.
Con el horizonte puesto en el 2035, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado que España está preparándose para «prescindir de los motores de combustión».
Asimismo, demuestra tener fe en que “no haya cambios”, en relación con la postura de prohibir la venta de vehículos ligeros térmicos en 2035, aprobada en el pleno del Parlamento Europeo.
Con este posicionamiento, la funcionaria votará, a la par de los 26 ministros de medio ambiente, la normativa clave para el sector.
Pero cabe destacar que no todas las posturas se encuentran tan definidas como la de la española, Teresa Ribera. Recientemente, se han encendido las alarmas a causa del posicionamiento de tres países clave.
Italia, Francia y Alemania, fueron algunas de las naciones que han generado “revuelo” tras emitir una serie de declaraciones que hicieron dudar al sector respecto a la posición de su voto.
El camino parecía fácil, pero todo se ha terminado agravando por el poder de fuego de estos actores, los cuales definirán sus posiciones hoy en el Consejo de la Unión Europea.
Pese a esto, las apuesta española ha sido decidida. El Gobierno, por medio de la emisión del Perte del vehículo eléctrico y conectado, destinará 12.000 millones de euros en 13 proyectos tractores del sector, de la mano de 2.000 millones de euros en incentivos para adquisición de vehículos eléctricos y puntos de recarga.
En este sentido, la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo pone el acento en que “no es momento de perder la oportunidad, hay que invertir rápido, bien, trabajando en una colaboración público-privada”.
“Estamos en unos tiempos inciertos en términos energéticos, pero la descarbonización es un objetivo inevitable. El vehículo eléctrico es la gran palanca de la descarbonización en la movilidad del transporte ligero”, expresa la funcionaria en el marco del debate parlamentario.
¿Quiénes buscan retrasar al 2035?
Una realidad es que la normativa corre peligro. La principal potencia económica mundial y automotriz, Alemania, pone en duda su acompañamiento a la medida, paradójicamente, luego que votara en positivo en el último debate realizado en el Parlamento.
Días atrás, el ministro alemán de Finanzas, Christian Lindner, sorprendió afirmando que “seguirá habiendo nichos para los motores de combustión”.
¿Cuál fue el argumento? Dando señales a los empresarios del rubro, planteó que la prohibición era una equivocación y que el Gobierno alemán no estaría de acuerdo con esta nueva legislación europea.
Las diferencias al interior de los Gobiernos también se replicó en Italia, donde se han visto posiciones encontradas entre los ministros de distintas áreas.
La apelación a la “Enmienda Ferrari” también ha permitido dudar del posicionamiento, a pesar de que, al igual que Alemania, Italia ha votado a favor de la medida.
Parlamentarios italianos lanzaron el texto legal que busca eliminar los vehículos con motores de combustión interna del mercado europeo a partir de 2035, pero dejando por fuera a los fabricantes que tienen menor volumen.
El camino parecía fácil, pero todo se ha terminado agravando por el poder de fuego de estos actores. Y también con la posición de Francia, quién preside la Unión Europea y se mantendría neutral hasta la fecha de la votación.
No es un factor menor reconocer que uno de los grupos más importantes de la región, Stellantis, ha anunciado recientemente su retirada de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), disconforme con los lineamientos de la conducción respecto a la descarbonización del transporte.
Carlos Rico, experto en electrificación de Transport & Environment, en una entrevista con Portal Movilidad España analiza el panorama: “Francia va a ser clave, a causa de lo sucedido con Stellantis. Ahora el grupo ya no necesitará contar con una posición conjunta, por lo cual con su salida de la ACEA podría hacerle lobby al Gobierno francés, velando exclusivamente por sus intereses”.
En recientes declaraciones, Stellantis se ha comprometido a electrificarse en 2030, pero tras las recientes declaraciones de Carlos Tavares, principal referente de la firma, esto se ha puesto en duda.
“La velocidad a la que estamos intentando movernos por el motivo correcto, es tan alta que la cadena de suministro y las capacidades de producción no tienen tiempo para ajustarse”, declaró días atrás a los medios de comunicación, después de que la empresa anunciara una nueva planta de baterías para vehículos eléctricos de 2.500 millones de dólares en Indiana.
“Existe la posibilidad de que estén tratando de convencer al Gobierno francés de que no apoye la normativa”, advierte Carlos Rico.
Impacto negativo a la industria española
Este retraso sería muy negativo para la industria española del automóvil, debido a que ya se fabrican de manera local ocho modelos de eléctricos ligeros, número que podría incrementarse en el mediano y largo plazo.
No solo ello, sino que también se suman a la lista de riesgos los fabricantes que ensamblan en el país otros ocho modelos de furgonetas eléctricas en las fábricas de Vigo-Zaragoza (Stellantis: Citroën, Peugeot, Opel, Fiat y Toyota) y Vitoria (Mercedes).
Asimismo, los planes del consorcio Volkswagen-Ford, para fabricar en Sagunto-Almussafes, también se verian afectados por el veto de la normativa. Es por ello que los resultados de hoy, serán clave para el desarrollo de la industria española.
El apoyo del sector
Durante el primer foro ‘2035, Tiempo de Moverse’ organizado por XL Semanal, expertos y directivos del sector demostraron su apoyo a la fecha límite para comercializar y fabricar motores a combustión.
Por su parte, Jesús Alonso, presidente y consejero delegado de Ford España, expresa su acompañamiento en un momento en el que la compañía ha situado a España en epicentro europeo de la movilidad sostenible al elegir la fábrica de Almussafes (Valencia) para la fabricación de sus dos nuevos modelos.
“Hay que moverse rápido, no solo desde un punto de vista de la industria del automóvil, sino también para proteger el medioambiente”, indicó el directivo, quien además explicó que para esa fecha todos sus vehículos en el segmento de turismos serán eléctricos. Y, para 2035, también todos los comerciales.
Siguiendo esta misma línea, Volkswagen ha emitido un comunicado a nivel global, en el que acompaña el hecho de que hoy el “giro hacia la electromovilidad sea irreversible”.
Según plante la empresa, esta es la única forma ecológica, tecnológica y económicamente sensata de sustituir los motores de combustión lo antes posible.
A partir de 2035, no se permitirá la matriculación de nuevos vehículos con motores de combustión en la UE, lo que es “un objetivo ambicioso, pero alcanzable”.
Desde su lugar protagónico en el sector de la automoción defienden que están aportando a la transición con la electrificación de sus modelos, pero apuntan a los Gobiernos: “Ahora es importante que los objetivos políticos también estén respaldados por las correspondientes medidas políticas en todos los Estados miembro”.
Entre ellas, se destaca el contar con un suministro suficiente de baterías, una ampliación mucho más rápida de la infraestructura de recarga y una transición energética acelerada.