En la actualidad, Francia cuenta con más de 100 operadores de puntos de carga (CPOs) que operan a nivel nacional.
Estos datos reflejan la diversificación del mercado francés, a diferencia del duopolio que prevalecía en 2020.
En ese momento, IONITY y Tesla juntos representaban alrededor del 80% de los puntos de carga existentes, según un estudio de Gireve, una plataforma digital B2B para la movilidad eléctrica.
En este sentido, el análisis detalla que la descentralización de la oferta conlleva un aumento en el número de cargadores rápidos instalados, lo que significa una mayor eficiencia del sistema y comodidad para los conductores de vehículos de emisión cero.
Cabe mencionar que Francia figura en la lista de países europeos con baja centralización en cuanto a la presencia de CPOs, ya que cuenta con más de 20 actores con una participación de mercado limitada, según un análisis de la firma de consultoría Charles River Associates (CRA).
Entre las nuevas marcas que han tomado protagonismo en el ecosistema francés en los últimos tres años se encuentran Powerdot, TotalEnergies, Lidl, Allego, Electra y Engie.
Dentro de la región, un país con una centralización media es Suecia, que cuenta con cuatro empresas clave en su mercado.
Por otro lado, Luxemburgo presenta un alto grado de acumulación, ya que solo una empresa controla casi el 90% de las operaciones.
¿Por qué la existencia de monopolios en el sector es un problema?
Según el estudio publicado por la CRA, esta situación representa la posibilidad de conducta unilateral explotadora y el potencial obstáculo para la entrada de nuevas marcas.
Además, existe la posibilidad de la entrada de barreras regulatorias, por ejemplo, porque las autoridades locales otorgan concesiones exclusivas a los CPOs.
En una situación de concentración, los conflictos de interés también pueden llevar a una conducta coordinada en el mercado, lo que resulta en la fijación de precios.
Sin embargo, Francia no tiene motivo de preocupación, ya que ha superado en gran medida este problema en los últimos tres años y ha consolidado una verdadera madurez de mercado.
Por ejemplo, en 2023, el 26% de los nuevos automóviles vendidos en Francia eran vehículos eléctricos con batería e híbridos enchufables.
Esto representa un salto significativo en comparación con el 17% del año anterior.
Teniendo en cuenta la adopción de vehículos eléctricos por parte de la sociedad y la distribución de puntos de carga, Francia se considera un país «desarrollado» en este sentido.
Sin embargo, el líder en esta categoría son los Países Bajos.
¿Cómo logró Francia alcanzar este nivel dentro de la región?
En los últimos años, las autoridades estatales locales han implementado una serie de medidas que favorecen la madurez del mercado.
Uno de los aspectos destacados es el Decreto 2021-153, que incluye la instalación de cargadores rápidos en todas las estaciones de servicio de autopistas para el 1 de enero del año pasado.
También contribuye al avance del mercado el programa ADVENIR, que proporciona subsidios de hasta 15.000 euros por punto de carga para apoyar la instalación de 120.000 unidades públicas y semipúblicas para 2025.
Otra medida destacada es el Plan de Inversiones 2030, que asignó 300 millones de euros para el desarrollo de cargadores rápidos y ultrarrápidos de alta capacidad. Para alcanzar la misma meta, el Plan de Recuperación incluye 100 millones de euros adicionales.
En cuanto a la adopción de vehículos eléctricos, una de las medidas que más impacto tiene en Francia es el arrendamiento social, que permite a los ciudadanos adquirir un vehículo eléctrico sin pagar el costo total.
Por otro lado, el gobierno implementó el bono ecológico, una ayuda que oscila entre 4.000 y 7.000 euros, otorgada a cualquier comprador o arrendatario de una unidad de baja o cero emisiones.
Hasta el 12 de febrero, el mínimo de este subsidio era de 5.000 euros, pero el gobierno anunció oficialmente un recorte del 20% en la cantidad.
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