La coalición exige también que se indique en las gasolineras el país de origen de los productos petrolíferos para evitar que los consumidores financien inadvertidamente el régimen de Putin.
Los países deberían introducir un arancel o una tasa sobre las exportaciones de combustibles fósiles rusos antes de imponer un embargo total a las importaciones de combustibles fósiles procedentes de Rusia, afirman los grupos.
El petróleo representa cuatro de cada cinco dólares que se obtienen de las exportaciones rusas de petróleo y gas, y ha sostenido el gasto militar de Putin durante más de dos décadas. Esto debe terminar, dice la coalición de ONG de Kiev a Lisboa.
Heorhiy Veremiychyk, del Centro Nacional de Ecología de Ucrania, dijo: «La guerra ilegal de Rusia contra Ucrania es devastadora para la población de nuestro país. Los misiles y las bombas rusas están matando a cientos de defensores y civiles ucranianos.
«Esto no hará más que empeorar. Necesitamos una acción urgente para paralizar la capacidad del régimen de Putin de financiar la guerra. Rusia sigue recibiendo pagos de gobiernos europeos que financian inadvertidamente el asalto de Rusia a Ucrania. Esto debe terminar», agrega.
Hasta ahora, el petróleo y el gas no han sido incluidos en las sanciones económicas que, aunque necesarias, no están deteniendo el avance ruso.
Cada día, los países de la UE siguen transfiriendo cientos de millones de euros en concepto de petróleo y gas al régimen de Putin -se calcula que entre 80.000 y 85.000 millones de euros en 2022- para pagar su guerra ilegal contra Ucrania. Dos tercios de las importaciones de petróleo ruso se utilizan en el transporte.
La congelación del comercio de combustibles fósiles con Rusia tendrá repercusiones en los precios de la energía, afirman los grupos, pero la extraordinaria agresión militar de Putin requiere una respuesta extraordinaria.
Piden a los gobiernos que tomen medidas decisivas para proteger a los hogares y a las empresas de los impactos negativos de la crisis energética.
William Todts, director ejecutivo de Transport & Environment, dijo: «Los cohetes que destruyen las ciudades ucranianas se compran con la gasolina de los coches europeos.
A lo que agrega: «Llevamos 20 años pagando dinero manchado de sangre a Putin. Acabar con nuestra adicción al petróleo no es sólo un imperativo moral para hacer frente al cambio climático, sino que es crucial para acabar con esta guerra».
En solidaridad con el pueblo ucraniano, los grupos exigen a la UE y al Reino Unido que tomen las siguientes medidas, al menos hasta que Rusia haya cesado las hostilidades en Ucrania:
-Introducir un arancel sobre las importaciones de combustibles fósiles rusos en Europa para reducir los beneficios del petróleo ruso antes de poner fin por completo a las importaciones de combustibles fósiles rusos en Europa, de acuerdo con los objetivos climáticos y energéticos de París.
-Los conductores merecen saber si su gasolinera está financiando la guerra de Putin contra Ucrania. Por ello, exigimos que las compañías petroleras, los minoristas de combustible y las gasolineras revelen qué proporción de la gasolina y el gasóleo vendidos procede de Rusia.
-Pedimos a los gobiernos que introduzcan normas que garanticen que los minoristas de combustible proporcionan esta información.
-Adoptar urgentemente un plan de acción para reducir el consumo de petróleo a corto plazo, ya que el simple cambio del petróleo ruso al de Oriente Medio u otras fuentes no es una solución, ni para el clima, ni para los derechos humanos, ni para la seguridad energética.
-Entre las posibles medidas en materia de transporte se encuentran el mantenimiento de altos porcentajes de trabajo en casa y la colaboración virtual para evitar viajes innecesarios en coche y en avión.
También se ve la reducción de la velocidad, la conducción ecológica, las restricciones a la circulación, el fomento de los desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público, y la organización de fines de semana sin coches en las ciudades como opciones falibles.
Todo ello reducirá la dependencia del petróleo importado y la presión al alza de los precios del mismo.
-Establecer un nuevo objetivo de alcanzar el 50% de ventas de coches y furgonetas eléctricos de batería para 2025.
Las normas de CO2 de la UE y del Reino Unido deberían adelantarse para ayudar a lograr este objetivo. Deberían fijarse objetivos especiales para electrificar los vehículos de alto kilometraje, como los coches de empresa, las flotas, los taxis y los autobuses.
Esto ya que su sustitución por la propulsión eléctrica tendría el mayor impacto en la demanda de petróleo a corto plazo.
-Medidas para acelerar de forma radical e inmediata la construcción de energía eólica y solar y para acelerar las medidas de eficiencia energética, en particular la renovación de edificios, que también aborda la pobreza energética.
-La UE y sus Estados miembros deben duplicar la inversión en ahorro de energía y en inversiones respetuosas con el clima como parte de los fondos de recuperación y resiliencia de la UE de 723.000 millones de euros.
-Ante las grandes incertidumbres sobre el suministro de alimentos y cultivos forrajeros de dos de los principales proveedores de la UE, Rusia y Ucrania, la UE y sus Estados miembros deben suspender inmediatamente el uso de alimentos y cultivos forrajeros en los biocombustibles para garantizar la seguridad alimentaria y evitar una inflación masiva de los precios de los alimentos en Europa y fuera de ella.