Recientes declaraciones de líderes del sector de movilidad eléctrica en España subrayan la urgencia de expandir la red de recarga ultrarrápida en el país.
A pesar de la creciente electrificación, los datos muestran que el 93% de los puntos de recarga pública ofrecen capacidades inferiores a 150 kW.
Esto plantea un problema significativo para los conductores de vehículos eléctricos, quienes dependen de una infraestructura que les permita realizar viajes largos de manera ágil y eficiente.
Javier Goikoetxea, Chairman of the Board of Directors en LetMeCharge, remarca la necesidad de acelerar esta expansión en un posteo de LinkedIn.
«A finales de 2022 teníamos aproximadamente 260 puntos de recarga ultrarrápida en España, lo que representaba apenas el 2% de toda la red pública”, indica.
Y agrega: “A día de hoy, esta supera el 7%, llegando a totalizar algo más de 550 puntos. Para poder viajar en un coche eléctrico, esta es la red que debe crecer».
En este marco, hace un llamado a las autoridades gubernamentales para que actúen, señalando que la mayor parte de la red de recarga lenta dificulta una experiencia de conducción práctica.
“¿A qué espera el gobierno para facilitar que las empresas apostemos por el crecimiento de esa red e impulsar a su vez tecnologías que faciliten la recarga pública ultrarápida que redunde en hacer la vida más fácil al conductor?”, indica.
La presión sobre la administración se intensifica, ya que las empresas del sector demandan no solo más puntos de recarga, sino que estos sean de alta potencia.
«En pleno 2024, es increíble que sigamos lidiando con una red de recarga tan limitada”, comenta Florencio Martínez Carbonell, experto en Desarrollo de Negocio y Proyectos de Transformación Digital.
En este sentido, enfatiza que no se trata solo de añadir más puntos, sino de asegurar que sean lo suficientemente rápidos “para que los viajes largos no se conviertan en una odisea».
«El Gobierno tiene una oportunidad única para impulsar este sector, lo que generaría confianza en los conductores y facilitaría una transición masiva hacia los vehículos eléctricos», asegura.
Los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) revelan que, aunque España sigue avanzando en la electrificación, el ritmo es lento.
En el último Barómetro de la Electromovilidad, publicado para el tercer trimestre de 2024, se observó un incremento del 6,1% en los puntos de recarga públicos, alcanzando un total de 37.876 puntos.
Sin embargo, este crecimiento sigue estando por debajo de las proyecciones necesarias para cumplir con los objetivos de descarbonización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y el paquete “Fit for 55” de la Unión Europea.
Estos establecen una meta de 63.500 estaciones para finales de año.
Un punto crucial en este análisis es que más del 21% de la infraestructura instalada actualmente no está operativa.
Esto se traduce en 10.333 puntos de “repostaje” que, aunque están instalados, no funcionan.
Si todos estos estuvieran operativos, el total de infraestructura disponible ascendería a 48.209, acercando a España a los objetivos previstos.
«Hay un cuello de botella que está frenando el desarrollo de la infraestructura de recarga», afirma un representante de ANFAC.
Y añade: «Es fundamental que se resuelva esta situación para que el crecimiento de los vehículos eléctricos no se vea aún más limitado».
El Barómetro también señala que solo el 29% de los puntos de recarga de acceso público tiene una potencia superior a 22 kW.
ANFAC estima que para 2024, al menos el 51% de los puntos deberían ofrecer potencias más altas para facilitar la recarga rápida.
En este contexto, se han instalado 2.705 cargadores ultrarrápidos, lo que representa el 7,1% del total de puntos operativos en el país.
Las opiniones de los expertos coinciden en que se requiere un enfoque coordinado desde el Gobierno.
«Es esencial establecer herramientas que faciliten un despliegue de la red de carga en capilaridad, cantidad y calidad«, sugirieron desde ANFAC.