El Gobierno Francés presentó al Consejo de Ministros un proyecto de ley para reformar las ayudas económicas concedidas para la compra de coches eléctricos.
La misma afectará a los fabricantes extranjeros, cuyas comercializaciones serán expresamente desalentadas.
El documento presentado el miércoles 17 de mayo establece que los incentivos estatales serán dirigidos para aquellas empresas que cumplan determinados estándares de contaminación mediante el análisis de toda la huella ambiental.
Bruno Le Maire, Ministro francés de Economía, Finanzas y Soberanía Industrial y Digital, explicita que las medidas propuestas llevarán a reservar la bonificación para los vehículos producidos en Europa.
En este sentido declara: “Los coches eléctricos fabricados en nuestro continente emiten de media un 45% menos que los vehículos producidos fuera de él. Además, no pretendemos financiar públicamente el desarrollo de fábricas en Asia”.
Así, con el fundamento de cuidar el parque nacional de vehículos producidos con materiales no sostenibles, se desalienta la compra coches de asiáticos o de marcas que los importen de esa región, como es el caso de Tesla.
Si bien la automotriz estadounidense ya tiene en marcha la Gigafactory Berlín donde fabrica el Model Y, la mayoría de los vehículos que vende en Europa proceden de Shanghái.
“Vamos a apoyar las baterías y los vehículos fabricados en Europa porque su huella de carbono es buena. No vamos a utilizar el dinero de los contribuyentes franceses para impulsar industrias no europeas”, sostiene Macron.
La medida del Gobierno de Francia ya ha recibido críticas por su carácter proteccionista. Sin embargo, la respuesta es que buscan resolver un “triple desafío de soberanía, sostenibilidad y prosperidad”.
De todas formas, hay que ver si todas las fábricas de automóviles europeas podrán cumplir los criterios de emisión franceses.
Considerando que la propuesta desestima a aquellos fabricantes que emiten en el transporte de sus productos y que proceden de países donde la generación de energía depende del carbón, en Alemania estarían mirando de reojo la medida.
La intención del Gobierno es que la legislación propuesta se aplique antes de finalizar el año, lo que podría afectar la compra de coches chinos en Europa desde 2023.
En 2022, las exportaciones de vehículos eléctricos de China a Europa aumentaron del 11% al 16%.
Según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, entre enero y abril de este año, las empresas chinas exportaron un total de 1,37 millones de vehículos.
Solo en abril, el volumen de exportación mensual alcanzó una cifra récord de 376.000 unidades, un incremento interanual de nada menos que el 170%.
Reino Unido, Bélgica y Alemania son los mercados europeos principales de las exportaciones chinas de coches.
Stellantis: “Es un escenario muy sombrío”
El CEO de la multinacional, Carlos Tavares, opina que el primer vehículo eléctrico que comprarán los hogares de clase media de Europa será chino.
Explica que se debe al precio final de los vehículos asiáticos, cuyos costos de producción en China son un 40% más bajos que en la Unión Europea debido a estándares ambientales más bajos y energía barata.
El director ejecutivo hace un llamado a los políticos de la región y pide ayuda para su empresas.
Expresa que de lo contrario, a Stellantis, BMW y Volkswagen, les tocará “enfrentar una lucha terrible» con la competencia china por las diferencias de precios.
Tavares declara que si los políticos europeos no logran proteger las industrias locales, se verán obligados a trasladar la producción a países más baratos para reducir costos y competir.
“Es un escenario muy sombrío”, arroja.
En esta línea, sugiere que una solución alternativa sería «reindustrializar» Europa, pero implicaría cambiar acuerdos comerciales que limiten la actividad de la industria europea en Asia, lo que muchas empresas alemanas no apoyarían.
“En el contexto actual, si no se hace nada en la Unión Europea, habrá una pelea terrible”, advirtió el CEO.
Por lo pronto, queda esperar a ver si la propuesta de Macron se contagia a otros miembros de la Unión Europea.
Y si la ayuda solicitada por Tavares efectivamente puede ser resuelta mediante la modificación de los esquemas nacionales de subsidios.
