La Unión Europea (UE) es definida por sus miembros como «externamente flexible», sin embargo, no puede evitar desplegar disposiciones proteccionistas contra China.
El 13 de mayo, Emmanuel Macron, Presidente de Francia, se reunió en el Palacio de Versalles con Bloomberg News, para discutir su encuentro con Xi Jinping, Presidente de la República Popular China, y Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, y su conflicto latente.
Macron afirma: “La Unión Europea es el lugar más abierto del mundo”.
«Pero no se puede sobrevivir si al mismo tiempo hay subsidios y exceso de capacidad en China, y proteccionismo en algún lugar del mercado, y la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de Compras Estadounidenses en Estados Unidos», añade.
Lo cierto es que esta disputa se extiende más allá del territorio de los vehículos eléctricos (EV), afectando inherentemente a los asiáticos.
Xi Jinping amenazó a las autoridades francesas con imponer medidas a uno de sus principales pilares económicos: el coñac.
«Cuando hay aranceles del 10% para los coches eléctricos chinos que entran en nuestros mercados, y cuando se pagan impuestos de entre el 15 y el 24% al entrar en el mercado chino, hay un problema», explica el líder francés.
La región de Europa Occidental tiene sus raíces en la producción de esta bebida alcohólica: datos de la Oficina Nacional Interprofessionnel du Cognac (BNIC) muestran que se exportaron 32 millones de botellas a China en 2023.
“Si somos débiles, si nos amenaza la posibilidad de tomar represalias, simplemente no hacemos lo que tenemos que hacer”, indica el presidente francés.
“Tuvimos esta discusión y por eso decidieron no implementar las primeras medidas sobre el coñac y retirar las primeras”, concluye Macron sobre el encuentro entre las potencias.
Pese a los esfuerzos, Europa está profundamente inmersa en las importaciones de coches eléctricos del gigante asiático.
De hecho, un informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) indica que en 2022, la UE importó más de medio millón de automóviles fabricados en China, de los cuales alrededor del 63% eran eléctricos de batería.
Además, cuenta con la presencia de corporaciones de automóviles de cero emisiones como BYD, el mayor fabricante del mundo hasta el momento, MG, y Chery Group.
Más adelante en el diálogo, Macron determina: “Queremos estar seguros de que en términos de aranceles, subsidios y reglas de producción, tenemos una competencia leal”.
«Es correcto iniciar investigaciones, examinar la situación en detalle y revisarla», añade.
Esta afirmación se debe a que el pasado 5 de marzo, von der Leyen emitió un comunicado anunciando la implementación de una regulación de registro para la importación de vehículos eléctricos nuevos que transporten hasta nueve pasajeros desde la República Popular China.
“En todos los diferentes sectores, lo que queremos es simplemente reciprocidad. Queremos –y de hecho, más que eso, y en lo que respecta a la relación con China– unas condiciones equitativas”, justifica el líder europeo.
Además, añade: «Esto es una necesidad, no porque seamos proteccionistas, sino simplemente porque queremos proteger nuestra región«.
Lo verdaderamente llamativo es que la Comisión Europea haya iniciado una investigación sobre posibles prácticas desleales en el mercado automovilístico chino, que incluye marcas extranjeras fabricadas en el país, como Tesla, Renault y BMW.
Los fabricantes europeos han expresado su preocupación por el fomento de la competencia proteccionista.