En noviembre la situación de incertidumbre en torno a la continuidad o no del Plan Moves III finalizó con el anuncio de la prórroga de las ayudas.
El Gobierno contando con al menos 290 millones de euros restantes, tomaba la decisión de dar vida por siete meses más a las subvenciones, pero sin hacer grandes cambios en su operativa.
Pese a que el anuncio llegaba con entusiasmo, el sector eMobility no deja de insistir en la necesidad de hacer más eficaz los procesos de devolución de hasta los 7.000 euros prometidos por la compra de un coche eléctrico.
Iñigo Oraa, Director General en eCity Charge, coloca sobre la mesa un “A,B,C” para delinear un paquete que permita motivar y terminar de convencer a aquellos indecisos:
“Es fundamental simplificar todo el proceso de acceso al MOVES. Normalmente hay varias fases para obtenerlas y los plazos de pago tienen un mínimo de seis meses”.
Desde su perspectiva la simplificación es el primer paso.
A lo largo de su experiencia han visto cómo muchos usuarios consideran pedir un préstamo para adquirir el vehículo eléctrico.
El no contar con un descuento hace que muchos duden de la inversión inicial, y sin hablar también del desembolso que se debe realizar para la instalación de un punto de recarga.
“Todo lo que pueda ser de ayuda para adelantar o descontar lo prometido del precio final de compra va a colaborar en la decisión de los indecisos”, sugiere Oraa.
Solo para poner en contexto y en números el Plan MOVES dispone aún de un presupuesto de 344,59 millones de euros. Esto, entre los fondos sin repartir y el remanente que tienen aún las comunidades autónomas sin reservar.
Del total de los montos citados, que supone un 28,71% de los 1.200 millones de euros con los que contaba el programa en su etapa inicial, hay al menos 265,58 millones que se encuentran pendientes de distribuir entre las autonomías.
Pero esto no es todo, 79,01 están en las arcas regionales, pero todavía no han sido reservados por los interesados.
Haciendo un balance, solo se han otorgado 855,41 millones de euros del MOVES para avanzar en la transición eMobility en España.
Es por ello que las reformas parecen necesarias y hasta urgentes no solo para el sector privado, sino también para los mismos usuarios, con el fin de poder avanzar sobre los fondos pendientes.
En el marco de un ciclo exclusivo de entrevistas con Mobility Portal España durante el Global Mobility Call en Madrid, el ejecutivo no deja por fuera el valor de las deducciones fiscales.
Estas cuentan con un papel importante y motivador en todo este escenario:
“Las subvenciones que hoy se dan luego tributan, por lo que eximir a la electromovilidad de los impuestos sería ideal”.
Hasta el momento solo se han aprobado aplicaciones de este tipo en el impuesto IRPF.
Pero estos son vigentes en caso de que la compra sea sobre un vehículo nuevo o infraestructura para uso particular.
Por lo que en el caso de emplearlo en una actividad económica, en el momento de su adquisición o posteriormente, se perderá el derecho a la deducción.