Las causas por las que la empresa ha decidido rescindir sus contratos parten de la cancelación de un «proyecto importante de un cliente«, además de una serie de razones ligadas a la incertidumbre sobre el futuro de la movilidad sostenible.
En primer lugar, por un «nivel bajo de planificación a varios niveles» citando, entre otras razones, la amenaza de los aranceles que tiene previsto imponer la Comisión Europea a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China, pero además por los «renovados debates» sobre el fin del motor de combustión en la UE que la marca considera «contraproducentes».
«El mercado del automóvil se enfrenta actualmente a fluctuaciones y desafíos considerables en todo el mundo, impulsados principalmente por la transformación hacia la movilidad eléctrica», afirmó el presidente de Svolt Europa y vicepresidente de Svolt Energy, Kai-Uwe Wollenhaupt.
EXPANSIÓN EN PAUSA Y RETRASO EN PLANES
La hoja de ruta inicial de Svolt pasaba por construir hasta cinco gigafactorías en suelo europeo con el objetivo de abastecer a socios locales como Stellantis y asiáticas entre las que se encontraban CATL y Automotive Cells Company.
La idea era crear en Europa una capacidad de, como mínimo, 50 GWh para finales de la década, suficiente para fabricar hasta un millón de vehículos eléctricos.
No obstante, con la paralización de sus planes, la empresa ha dejado paralizadas todas estas ambiciones.
Sí confirma que establecer una planta de fabricación de baterías en Überherrn, en el estado alemán de Sarre.
Sin embargo, inicialmente se suponía que la primera fábrica europea de SVOLT estaría operativa a finales de 2023, pero la construcción se ha retrasado de manera reiterada.