En el marco de un seminario web organizado por Transport & Environment (T&E), Elizabeth Culwick, subdirectora de la Oficina de Vehículos de Cero Emisiones (OZEV) del Departamento de Transporte (DfT), analiza las medidas adoptadas por el gobierno para incentivar a los nuevos adoptantes de vehículos eléctricos.
Lo cierto es que actualmente “hay poca información y desinformación sobre el tema”.
Como afirma T&E, es necesario reforzar la confianza para atraer a la mayoría temprana, es decir, a los primeros consumidores abiertos a la tecnología que se muestran escépticos sobre la infraestructura de carga actual.
Al respecto, Culwick afirma: “Estamos viendo inversiones del sector privado y el gobierno intervendrá cuando vea que surgen problemas«.
En este sentido, las autoridades han impulsado diversos proyectos destinados a abordar dos “lagunas” que OZEV considera prioritarias.
“El primero es visible en términos de disparidad geográfica en los puntos de recarga en la vía pública, por eso estamos implementando el Fondo de Infraestructura Local para Vehículos Eléctricos (LEVI)”, explica.
Este fondo, que asciende a 381 millones de libras, se ha destinado a las autoridades de Inglaterra para instalar dispositivos en función de las necesidades de los residentes.
“Establecer un marco regulatorio en torno a la infraestructura de carga y la inversión en ella proporciona claridad y certeza sobre la dirección de esta transición”, sostiene Culwick.
La segunda brecha reconocida por OZEV es la de generar confianza en la red pública para viajes ocasionales de larga distancia.
El usuario necesitará conocer la ubicación de las estaciones de carga rápida a lo largo de carreteras y autopistas estratégicas.
Ahí es donde entraría en juego la medida piloto del Fondo de Carga Rápida (RCF) de 70 millones de libras.
Este problema se relaciona con «eliminar barreras para instalar puntos rápidos y ultrarrápidos para crear una red visible, que ayude a las partes interesadas con el costo de actualizar las conexiones”.
Cabe señalar que los anuncios han generado expectativas positivas en la región.
“Lo podemos ver en la cantidad de puntos de carga públicos. Tenemos casi 57.000 de estos en todo el Reino Unido”, reconoce Marc Palmer, director de Estrategia e Información de Auto Trader UK, presidido por T&E.
Siguiendo en la misma línea, el informe de SKIM establece que «la ansiedad por el alcance es cosa del pasado» y que “aquí es donde se notan las verdaderas lagunas de conocimiento, ya que la red está haciendo excelentes avances en su expansión”.
También destacan los proyectos de inversión privada.
Tal es el caso de Charge UK, que prevé entregar y operar seis millones de dispositivos para 2030.
Sin embargo, a pesar de las iniciativas mencionadas destinadas a promover el despliegue de estaciones de carga y así aumentar la confianza de las personas en la movilidad eléctrica, un estudio de la consultora SKIM revela que todavía existen una serie de preocupaciones que impiden la adopción de los vehículos eléctricos.
¿Cuáles son las preocupaciones más comunes a las que se enfrenta OZEV?
David Voxlin , Director de Sostenibilidad y Cambio de Comportamiento de SKIM, presenta los resultados obtenidos en la investigación y sus respectivos análisis.
En este sentido, Voxlin explica las preocupaciones de los primeros usuarios.
«Creemos que hay un fracaso en múltiples partes del sistema en términos de los esfuerzos del gobierno para informar e incentivar a los ciudadanos en sus empresas automotrices para abordar las necesidades reales», afirma.
Además, parte de la responsabilidad se atribuye a las empresas del sector automovilístico, que no lograrían abordar las necesidades y el malestar de los consumidores, agravado por la excesiva desinformación que circula sobre la electromovilidad.
Los primeros usuarios tienen la idea errónea de que no hay suficiente disponibilidad de cargadores públicos.
Otras preocupaciones giran en torno a los tiempos de carga prolongados, los precios de compra de automóviles, los costos de las facturas de electricidad y la duración de la batería.
Sin embargo, el director comenta que “estas ansiedades muchas veces surgen de percepciones y a veces tienen fundamentos más emocionales que racionales”.
«Necesitamos abordarlos y, si lo hacemos con éxito, podremos empezar a orientar el cambio de comportamiento en una dirección positiva», añade.
SKIM cree que las barreras psicológicas vinculadas a la adopción de vehículos eléctricos son las más fáciles de superar .
Aún así, para lograrlo, es esencial educar a las personas.
Finalmente, Voxlin detalla: “Sabemos que hay ejemplos de políticas de incentivos graduales y ambiciosas que tienen éxito. Modelos como el de Noruega también pueden funcionar aquí”.
