Europa se enfrenta a una de las decisiones más importantes que involucran al sector de la automoción y toda su cadena de valor. El fin del motor a combustión interna está por tener una fecha definitiva.
En las próximas horas el Consejo de la Unión Europea deberá votar si ratifica o no la determinación del Parlamento. La fecha que se impuso por mayoría es la de 2035.
La Asociación Europea por la Electromovilidad (AVERE, por su sigla en inglés) mantiene una postura todavía más severa: 2030 como el final del motor de combustión.
“Debe quedar claro que esta fecha de finalización no debe posponerse de ninguna manera”, comenta a Portal Movilidad España, el Secretario General de AVERE Philippe Vangeel.
Desde la Asociación ven con buenos ojos la votación del pasado 8 de junio ya que coloca a Europa en el camino correcto para alcanzar los objetivos de descarbonización fijados para 2050.
“Pedimos a los gobiernos de los Estados miembro que confirmen esta trayectoria lo antes posible para que la industria pueda entrar en la era del transporte por carretera electrificado”, sostiene Vangeel considerando que deberá votarse la medida pero se han encendido las alarmas a causa del posicionamiento de tres países clave.
Se trata de Italia, Francia y Alemania, naciones que han generado “revuelo” tras emitir una serie de declaraciones que hicieron dudar al sector respecto a la posición de su voto.
“Si no se actúa ahora y se elimina la combustión interna, la industria europea quedaría rezagada en un mercado mundial que se está electrificando rápidamente, lo que constituirá una gran amenaza para la competitividad y el empleo de Europa”, afirma el secretario general de AVERE.
La industria de la automoción ya comenzó a vislumbrar el fin del motor tradicional, con ciertas marcas comenzaron a plantearse sus propios objetivos, antes de que la Unión Europea establezca un límite.
De igual manera, estos objetivos parecen no ser tan claros, como lo es el caso de Stellantis. En recientes declaraciones, el fabricante del 35% de automóviles del mundo se comprometió a electrificarse en 2030, pero tras las recientes declaraciones de Carlos Tavares, principal referente de la firma, esto se ha puesto en duda.
“La velocidad a la que estamos intentando movernos por el motivo correcto, es tan alta que la cadena de suministro y las capacidades de producción no tienen tiempo para ajustarse”, declaró días atrás a los medios de comunicación.
Marcas como Ferrari o Rolls-Royce, que tienen este tipo de propulsión como la estrella de sus catálogos, podrían quedar exentos, siempre y cuando no comercialicen más de 1.000 unidades al año. Pagani o Koenigsegg también podrían ingresar a este grupo selector.
A esto se le suma un competidor que cada vez se hace más fuerte: China. Marcas como NIO o Xpeng comienzan a expandir su oferta de vehículos eléctricos en Europa.
Xpeng ya ofrece tres modelos de coches en los países que componen la Unión Europea. Este año ingresó con un nuevo sedán, el P5, que se comercializa en Dinamarca, los Países Bajos, Noruega y Suecia.
Por otro lado, NIO establece progresivamente su desembarco en la gran parte del continente. Ya ofrece servicios en Noruega, Dinamarca, Países Bajos y Alemania. La marca adelantó que se instalará en los próximos años en 25 nuevos países.
A pesar de este panorama de algunas marcas, Philippe Vangeel afirma: “La demanda de vehículos eléctricos está aumentando en todo el mundo. Los fabricantes europeos ven la oportunidad de responder a esta demanda y convertirse en líderes del mercado aumentando la producción”.
A lo que AVERE también señala, que si la industria va por ese camino de la inversión en baterías y en la cadena de valor de los vehículos eléctricos generará nuevos puestos de trabajo en la fabricación de células.
“Es evidente que se necesitan los esfuerzos conjuntos de los responsables políticos y los representantes de la industria para garantizar una transición fluida”, explica el secretario general.
¿Qué es AVERE?
Es la asociación europea que promueve la electromovilidad y el transporte sostenible en toda Europa. Es la única que representa y defiende la electromovilidad en nombre de la industria, el mundo académico y los usuarios de vehículos eléctricos.
Sus miembros son empresas, instituciones de investigación y asociaciones nacionales que apoyan y fomentan el uso de los vehículos eléctricos y la electromovilidad en toda Europa.
En la actualidad cuenta con 45 miembros activos, entre los que se encuentran algunos de los países con mayor éxito en materia de vehículos eléctricos, como Noruega, Francia, Países Bajos y Bélgica. La asociación está gobernada por una Junta Directiva.
Compuesta por: Espen Hauge, Presidente; Baerte de Brey, Vicepresidente; Patrick Krizansky, Vicepresidente; Maciej Mazur, Vicepresidente; Arturo Pérez de Lucia, Vicepresidente; Philippe Vangeel, Secretario General; Thomas Neuman, Policy Manager; Raphael Héliot, Policy Officer; George van der Hilst, Senior Advisor Business Development & Membership.