A través de una plataforma de software que recopila y analiza datos en tiempo real, el operador de transporte público Carris logró reducir en un 30% los kilómetros perdidos en sus rutas de autobuses eléctricos en Lisboa.
Los kilómetros perdidos se refieren a las distancias recorridas por vehículos sin pasajeros, ya sea por traslados entre terminales, maniobras operativas o tiempos de espera para la carga de baterías.
Su reducción tiene un impacto directo en la eficiencia operativa, los costos de funcionamiento y la huella de carbono del servicio.
Tras el proyecto piloto liderado por el think tank CARNET, con sede en Barcelona, Carris “expresó su interés en ampliar la solución”.
¿En qué consiste el proyecto?
IMPULSE fue diseñado para eliminar las barreras tecnológicas y operativas que dificultan la adopción de autobuses eléctricos en entornos urbanos.
Su plataforma de software integra datos en tiempo real, considerando el estado de la batería, la infraestructura de carga y la planificación de rutas.
En Lisboa, su implantación en una flota mixta (diésel y eléctrica) ha potenciado la integración de sistemas de telemetría y AVL.
Como resultado, la tasa de fallos en la flota inicial de 15 autobuses eléctricos se redujo en un 24% por cada 10.000 kilómetros recorridos.
En toda la flota de eBus, la reducción fue aún más significativa, con un descenso del 40% en las averías.
Estas mejoras operativas facilitaron la ampliación de la flota eléctrica, pasando de 15 a 59 unidades en 2024.
Además, el impacto ambiental fue positivo, con una reducción anual de 3.200 toneladas de emisiones de CO2.
Mientras tanto, en Estambul , donde se realizó el segundo piloto en las Islas Príncipe, la implementación se adaptó a una flota más pequeña y sin telemetría integrada.
En este caso, la solución se centró en la recopilación manual de datos.
Como resultado del proyecto piloto, la distancia recorrida por los autobuses se desvió solo un 0,71% de la cifra esperada.
El retraso promedio se mantuvo en 135 segundos, demostrando puntualidad.
Además, mejoró la comprensión del uso de la batería, lo que permitió evitar recargas innecesarias.
El proyecto no estuvo exento de desafíos
Uno de los principales obstáculos que enfrentó el proyecto fue la calidad y disponibilidad de los datos.
Matteo Stoico y Marina Ojeda, responsables de proyectos de CARNET, explican a Mobility Portal Europe que encontraron dificultades para recopilar información fiable.
“Para abordar esto, se implementaron procesos automatizados de validación de datos”, afirman.
Además, el sistema experimentó problemas de rendimiento debido a la alta demanda de recursos.
“Optimizamos las consultas a la base de datos y priorizamos las tareas críticas”, añaden.
La integración del hardware con diferentes modelos de vehículos también planteó un desafío.
“Era esencial garantizar que la unidad de a bordo fuera accesible para los conductores sin obstruir su visibilidad”, señalan.
En el caso de Estambul, las barreras lingüísticas exigieron el desarrollo de interfaces y materiales de capacitación en los idiomas locales.
Respecto a la diferencia entre una flota mixta y una totalmente eléctrica, explican que “la plataforma operó eficazmente en ambos escenarios, pero en Lisboa, la integración con sistemas de telemetría permitió una reducción del 40% en las averías”.
En Estambul, la recopilación manual de datos demostró que la solución también es viable para flotas sin infraestructura tecnológica avanzada.
Un aspecto crucial del proyecto ha sido la optimización del consumo energético en los autobuses eléctricos.
La gestión predictiva de la carga ayudó a reducir las interrupciones del servicio y a mejorar la eficiencia de los ciclos de carga.
“Las cargas completas no siempre son necesarias para garantizar la continuidad operativa de la flota”, afirman.
Actualmente se está evaluando la expansión de IMPULSE a nuevas ciudades.
Aunque no se ha confirmado la ubicación precisa del próximo piloto, Carris expresó interés en ampliar el uso de la plataforma a vehículos adicionales.
Además, han surgido oportunidades en el mercado húngaro y otros operadores han mostrado curiosidad por los resultados obtenidos.
SOH Fleet: Innovación en la gestión de baterías de eBuses
Otro desarrollo paralelo en la optimización de flotas eléctricas es el proyecto SOH Fleet, impulsado por CARNET, ACTIA Automotive, Keolis Blois y Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB).
Este sistema busca abordar los desafíos de gestión del estado de la batería, ya que la información proporcionada por los fabricantes de equipos originales (OEM) a menudo es inaccesible o poco confiable.
El proyecto propone una combinación de una aplicación web e Internet de las Cosas (IoT) con algoritmos de Inteligencia Artificial (IA) para estimar el estado de salud (SoH) de las baterías en tiempo real.
Se espera que esta solución reduzca los costos de mantenimiento en un 20% y extienda la vida útil de la batería en el mismo margen.
Para validar su eficacia, SOH Fleet ya se está desplegando en dos ciudades: en Blois (Francia), donde se está probando en seis autobuses Keolis, y en Barcelona (España), donde se desplegará en diez autobuses de TMB a lo largo de 12 meses.
La expectativa es que esta tecnología ayude a reducir las emisiones de CO2, mejorar la eficiencia operativa y acelerar la transición hacia flotas totalmente eléctricas.