¿A quién hace referencia?
Desde hace años Madrid y Barcelona compiten en casi todos los ámbitos y por supuesto no iba a ser diferente en la transición hacia la movilidad eléctrica.
Ahora, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de la capital se enfrenta al Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en la descarbonización de sus flotas de autobuses.
“TMB es pionera probando diferentes marcas, modelos y tecnologías, mientras que la EMT es más conservadora en ese sentido”, señala Yago García Rodríguez, Socio Director en ASET, a Mobility Portal España.
De acuerdo a las últimas cifras publicadas, Madrid cuenta con 2.102 vehículos, de los cuales, el 87,39% se encuentran propulsados por gas natural, mientras que el 12,61% son eléctricos.
Paralelamente, la ciudad catalana dispone de 134 autobuses eléctricos y ocho de hidrógeno, de un total de 1.140.
No solo ello, sino que además se encuentra incursionando en los coches autónomos, aunque aún en fase piloto, ya que todavía falta que se concrete una normativa.
Según la información que pudo obtener Mobility Portal España, las primeras pruebas que llevará a cabo TMB serán a nivel de cochera, lo que permitirá que el vehículo pueda estacionarse automáticamente, identificar su ubicación y desplazarse solo.
Al mismo tiempo apuesta fuertemente por la pila de hidrógeno, la cual representa un elemento fundamental en su estrategia de descarbonización.
¿Cuál es su hoja de ruta?
La entidad planea que para finales de 2024, un 27% de su flota esté conformada por coches eléctricos e impulsados por hidrógeno, con un 23% y un 4% respectivamente.
Esto implica alcanzar los 232 eléctricos y 44 de H2O.
Esto superará al 26% de vehículos de gas natural comprimido (GNC) no híbridos, posicionando a los sostenibles como las opciones preferidas dentro de su flota.
Este progresivo avance continuará hasta 2030, donde, según las proyecciones de la empresa, los de cero emisiones representarán la mayoría, un 58% del total, mientras que un 14% estará impulsada por hidrógeno.
“TMB se dedica casi de manera pionera a comprobar todas las tecnologías y todas las marcas de autobuses”, señala García Rodríguez.
En cambio, “EMT espera a que las tecnologías estén un poco más consolidadas antes de llevar a cabo pruebas”.
Esto no descarta el hecho de que Madrid esté realizando un esfuerzo significativo para reducir sus emisiones a cero.
¿De qué manera?
Primero, habiendo eliminado por completo el uso del diésel en su flota.
Actualmente, la empresa municipal cuenta con unos 306 eBuses, a los que prevé sumar en breve diez propulsados por hidrógeno verde y aumentar su cantidad de coches de cero emisiones a 500 en los próximos dos años.
Su objetivo es disponer del 25% de autobuses eléctricos para 2025 y lograr una transición completa en 2033.
Para ello tiene un plan de inversión de 1.000 millones de euros destinado no solo a la adquisición de automóviles, sino también a la modernización y actualización de sus centros de operaciones.
De esta manera, esta rivalidad entre ambas entidades no solo se observa en la renovación de su flota, sino también en la adaptación de sus cocheras.
En este ámbito, EMT Madrid cuenta con un caso de éxito en sus depósitos de Carabanchel, que se encuentra atravesando la tercera fase en el proceso de electrificación.
Desarrollada sobre una superficie de 221×25 metros aproximadamente, la infraestructura se divide en tres niveles de altura que permite abastecer a 118 eBuses.
El centro de operaciones alcanza ya un total de 260 puntos de recarga eléctrica.
No obstante, se espera que cuando termine la tercera fase, cuente con un total de 320 cargadores: 230 por el sistema de pantógrafo invertido y 90 por enchufe.
Por su parte, la cochera en la que se está enfocado TMB es en la de Triangle.
Esta dispone de capacidad para aproximadamente 300 vehículos, los cuales pueden abastecerse por medio de múltiples pantógrafos de 50 kW y de 150 kW para la carga nocturna.
El plan consiste en aprovechar la propia energía generada por los trenes y la red del metro para alimentar la carga de los buses con un menor coste.
Así como también se encuentra iniciando un proceso de Smart Charging (carga inteligente), el cual permitirá repartir la carga de los coches de manera eficiente para evitar picos de potencia.
Esto posibilitará integrar los cargadores e infraestructura con los servicios de autobús, con el objetivo de monitorear el estado de carga de cada coche, así como programar su salida y llegada.
Este método de gestión incluirá un software, capaz de administrar 67 equipos en Triangle, 21 en Zona Franca, 28 en Horta y nueve en la calle.
“Tanto EMT como TMB tienen una muy alta capacidad técnica y, a pesar de que ahora está cambiando, siempre fueron pioneros en todo y van por delante en esta transición”, destaca Yago García Rodríguez.