El avance del sector renovable en España depende directamente del impulso a la movilidad eléctrica.
Así lo explica Kim Keats Martínez, Director en K4K Training & Advisory y EKON Strategy Consulting, quien advierte:
«Los altos niveles de penetración de energía verde solo tienen sentido si la demanda de electricidad crece proporcionalmente«.
Sin esta sinergia, afirma, las inversiones en la red eléctrica y en renovables pueden verse comprometidas.
Para Keats Martínez, la clave está en fomentar el uso de vehículos eléctricos y la electrificación de los hogares, lo cual ayudaría a reducir el consumo de combustibles fósiles.
Este tipo de cambio, asegura, permitiría que el país avance hacia sus objetivos de descarbonización y ahorro energético.
Especialmente si se tiene en cuenta que la tercera parte del consumo total de energía del país la realiza el transporte por carretera.
“Este porcentaje podría transformarse en consumo renovable si se impulsa el uso de coches eléctricos”, afirma.
¿Cuáles son los desafíos?
Una de las barreras para que esta transición sea exitosa es la infraestructura de carga.
Keats Martínez indica que es necesario contar con puntos de carga accesibles y simplificar la complejidad de su instalación.
Al mismo tiempo advierte que, en algunas zonas, la red de distribución actual no puede soportar la demanda necesaria para cubrir los cargadores, principalmente los rápidos.
“Si pides una conexión de alta capacidad te cobrarán mucho más y si bajas la capacidad, los tiempos de espera aumentarán cuando hay varios vehículos cargando”, explica.
Para resolverlo, propone integrar almacenamiento energético y fuentes fotovoltaicas en cada estación de carga, lo cual facilitaría la expansión de estos puntos sin sobrecargar la red.
Este enfoque no solo reduciría la dependencia de la infraestructura general, sino que haría más rentables estas inversiones y reduciría los tiempos de espera para los usuarios a la hora de «repostar».
“Lo importante es dimensionar adecuadamente el sistema de almacenamiento para satisfacer la demanda local”, explica.
Y agrega: “De este modo, si uno o dos vehículos requieren carga, esta puede realizarse directamente de la red, pero si la demanda aumenta con tres o más coches, la reserva puede suplir la energía adicional necesaria”.
En este marco, reconoce que muchos inversionistas aún dudan sobre la rentabilidad de estos sistemas, ya que dependen de un incremento significativo en la adopción de vehículos eléctricos.
¿Cuál es la solución?
Aunque existen incentivos para la instalación de puntos de carga, es fundamental que el enfoque se centre en fomentar la adquisición de coches de cero emisiones.
El economista advierte que para incentivar la adopción de eléctricos es crucial que el coste total de propiedad disminuya.
“Para los taxistas en Madrid, que hacen muchos kilómetros diarios, el ahorro en combustible es significativo, ya que el precio de electricidad por kilómetro es mucho menor que el de la gasolina”, detalla.
Sin embargo, menciona que la percepción del alto costo inicial de los eléctricos sigue siendo una barrera para muchos consumidores.
“Los españoles no están acompañando los objetivos porque es caro hacerlo”, señala.
Y enfatiza: “El verdadero reto es logístico y financiero”.
En este marco, el consultor propone que el Gobierno actúe facilitando incentivos económicos que hagan esta tecnología más accesible.
Así como también fomentando campañas de concientización orientadas a promover el uso de coches de cero emisiones.
Esto permitiría, según Keats Martínez, no solo una mayor penetración de renovables, sino también una reducción significativa de las emisiones en el sector.
Esto se enmarca en la meta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), cuyo objetivo es tener 5,5 millones de vehículos eléctricos en circulación para 2030.
Este número representa el 16% del parque vehicular proyectado para esa fecha.
Para Keats Martínez, el éxito del PNIEC depende de generar una demanda suficiente que acompañe el crecimiento de la capacidad de generación renovable en España.
“Sin una demanda creciente, la inversión en energías renovables carece de sentido y no será rentable”, asegura.