“Este año llegamos a los 500 kW y el próximo superaremos los 600 kW. Hacer estas cosas para nosotros no es un problema”, anuncia David Iriarte, Senior Sales Manager EV Charging – Southern Europe en Sungrow.
La compañía nació desarrollando cargadores en China, con su llegada a Europa fue adaptando su oferta a los estándares locales y ahora lo hace también teniendo en cuenta las nuevas demandas.
Entre los productos estrella de la firma se encuentra su IDC180E.
Ofrece una carga en corriente continua de 180 kW, es integrado y logra una eficiencia del sistema de hasta el 96%.
Por otra parte, el AC22E-01 es un cargador residencial y comercial de corriente alterna de 22 kW con una función de cambio automático.
Ambos productos se pueden integrar con sistemas fotovoltaicos y de baterías para maximizar el uso de electricidad.
El ir por los 600 kW es el primer paso de Sungrow… ¿El próximo?
El sector eMobility ya tiene en vistas la electrificación del transporte pesado, cuestión que no pasa desapercibida por la empresa y hace que busquen aumentar la potencia de sus soluciones.
“Al MCS le queda mucho y que lo logremos cerrar, a partir de ese momento nos ponemos en marcha. Aunque eso no quita que ya tenemos mucho hecho. Se vendrán años muy emocionantes”, detalla el experto en relación a los nuevos desafíos de Sungrow.
Actualmente, la ansiedad en torno a “lo que está por llegar” atrapa al sector del transporte pesado 100% eléctrico que busca implementar nuevas soluciones tecnológicas.
Obstáculos a los que se enfrenta el mundo de los camiones electrificados
Para Sungrow, un obstáculo al que deberán enfrentarse en España es la «disponibilidad de energía» con la que cuenta una cochera o una estación de servicio que se sitúa en una autopista.
“Allí, las redes de alta tensión que llegan son limitadas y cualquier ampliación implica unos desembolsos económicos brutales, líneas nuevas y proyectos que pueden durar años”, manifiesta David Iriarte, Senior Sales Manager de la firma.
De modo que uno de los reclamos que pone sobre la mesa el especialista tiene que ver con las ayudas que brinda el Gobierno español.
Es por eso que enseña: “Las subvenciones tienen que ser también para la instalación. Al dar picos de intensidad de potencia cuando tenemos tres camiones cargando 300 kW, necesitamos 1 megavatio en determinado momento del día”.
“Tecnológicamente no hay un problema. Entonces las ayudas deben involucrar también esta parte del negocio”, agrega.
Un esquema con posibles soluciones
Un informe de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) desprende que el avance tecnológico está demostrando que “la viabilidad de la electrificación de los vehículos pesados es mayor y está más cerca de lo que se preveía”.
Según AEDIVE, para el año 2030, se estima una inversión acumulada de 7.000 millones en camiones eléctricos en España. De ellos, 3.400 millones serán inversiones adicionales por pasar del camión de combustión al eléctrico.
Es por eso que “la infraestructura de recarga también crecerá”.
A través del Reglamento para la Infraestructura de Combustibles Alternativos (AFIR), la Unión Europea pretende desplegar para 2030 al menos 3.600 kW de potencia de carga para transporte pesado cada 60 km en autopistas principales y 1.500 kW cada 100 km en vías secundarias europeas.
Para cumplir los objetivos de la AFIR y acompañar este proceso de electrificación, desde AEDIVE proponen desarrollar un Plan de Infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos pesados (PIRVEP).
En este marco, la entidad plantea: “Se tendría que desarrollar un marco normativo específico para los gestores de esta infraestructura que remunere su actividad, complementando los ingresos percibidos de su explotación y reduciendo el riesgo de su inversión».