Agosto trajo consigo una subida notable en el precio de la electricidad, afectando principalmente a los consumidores que dependen de la tarifa regulada PVPC o de tarifas indexadas al mercado.
Durante este mes, el precio de la luz experimentó un incremento del 28,68% en comparación con julio, superando los 100 euros por megavatio-hora (MWh) durante seis días consecutivos.
¿Tiene esto alguna repercusión en la recarga doméstica de vehículos eléctricos?
Álvaro del Pozo González, fundador de LINC-E, explica a Mobility Portal España:
“Los precios de la luz, aunque es verdad que en agosto han subido mucho, solo impactan al consumidor final que tenga una tarifa regulada PVPC o un precio indexado al mercado”.
Mientras que los que tienen tarifa fija, “que son la mayoría en residencial”, no se ven afectados.
Es importante recordar que, al igual que ahora, una tarifa PVPC o indexada ha supuesto un aumento del coste de la energía.
Durante la primavera, en las horas de mayor radiación solar, los propietarios de vehículos eléctricos pudieron cargar sus coches casi sin coste alguno, ya que el precio de la energía se situó en 0 euros por kWh o incluso en valores negativos, llegando a -0,01 euros por kWh.
«Según las estadísticas, en 8 de cada 10 años resulta más económico optar por este tipo de tarifas variables basadas en el mercado», afirma.
A pesar de este alivio para algunos, los que sí están bajo los contratos más cambiantes han notado un impacto.
Para ejemplificar esta situación, del Pozo González explica el impacto que tiene en la recarga doméstica de un Tesla Model Y.
En abril, con un precio medio de la electricidad de 31 euros por MWh, el coste para cargar una batería de 51 kilovatios (kW) era de 1,56 euros.
En agosto, cuando este alcanzó los 101 euros por MWh, el costo para abastecer el mismo coche eléctrico subió a 5,15 euros.
La diferencia sería de menos de 4 euros y con esos 5 euros se podría recorrer aproximadamente 400 kilómetros, según detalla el experto.
“Continúa siendo extremadamente más económico cargar en casa en comparación con repostar combustible fósil, ya que recorrer la misma distancia costaría aproximadamente 40 euros”, asegura.
¿Qué medidas preventivas se pueden tomar para mitigar este impacto?
Juan Carlos Barranco, CEO y Cofundador de ESMOVE, sugiere buscar siempre la tarifa más económica o las tarifas reguladas, como cargar durante las horas valle.
«Existen también tarifas fijas que incluyen diferentes franjas horarias», comenta a Mobility Portal España.
Cabe destacar que, si el propietario de un vehículo eléctrico cuenta con una instalación de paneles solares fotovoltaicos, podría reducir significativamente el coste de sus desplazamientos.
¿Qué provocó el incremento de la tarifa en agosto?
Según el medio EEE, este fenómeno se atribuye a una alta demanda durante las horas en las que la generación solar no está disponible, lo que ha incrementado la dependencia del ciclo combinado.
Este aumento en el consumo coincide con la temporada de verano, cuando el uso de aires acondicionados y otros sistemas de refrigeración dispara el consumo eléctrico.
Paralelamente, el alza en los precios del gas y las emisiones de CO2 ha contribuido a esta tendencia ascendente.
En un contexto de alta volatilidad, la estabilidad que ofrecen los contratos de compra de energía a largo plazo (PPAs) se vuelve cada vez más atractiva para el sector corporativo, que busca evitar las fluctuaciones del mercado.
De hecho, según consultores del sector, el crecimiento del mercado de PPAs (Power Purchase Agreement) ha sido notable, con cifras que ya alcanzan el total del 2023.
Las tarifas elevadas de agosto no son un fenómeno aislado.
El año 2024 es testigo de un incremento gradual en los precios de la energía, impulsado en parte por las condiciones meteorológicas y la escasez de recursos renovables en los meses anteriores.
Febrero, marzo y abril experimentaron precios medios significativamente más bajos, con 40 euros por MWh, 20,31 euros por MWh, y 13,67 euros por MWh, respectivamente.
A medida que el año avanza y la demanda aumenta, los precios también se disparan, alcanzando 56,08 euros por MWh en junio y, finalmente, los niveles del octavo mes.
El impacto de estos incrementos no se limita solo a los consumidores individuales.
Las empresas también están sintiendo la presión de los costos energéticos más altos, que afectan tanto a las operaciones diarias como a los márgenes de beneficio.
En este marco, agosto podría cerrar como el segundo mes más caro en la historia de los precios de la electricidad en el país, solo superado por el mismo mes de la crisis del gas ruso en 2022, cuando la cifra alcanzó los 154,89 euros por MWh.
¿Existen posibles soluciones?
Según se menciona en el Anuario de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), se está comenzando a considerar una operación flexible a gran escala de la red de distribución.
Este enfoque se ve como un mecanismo fundamental para contener el aumento del costo de las tarifas de red pagadas por el consumidor final.
Esta flexibilidad, junto con el fomento de la producción y almacenamiento de energías renovables, podría ser clave para mitigar futuras subidas de precios y garantizar una transición más suave hacia un futuro energético más sostenible.
Mientras tanto, para los propietarios de vehículos eléctricos, la carga doméstica sigue siendo la opción más económica, aunque no exenta de desafíos.
