Las emisiones de CO2 para la fabricación de un coche eléctrico son un 70% más altas que las de uno a combustión. Por lo que este es el mayor desafío que atraviesa la industria y será indispensable bajarlas a futuro.
Por ese motivo, Alberto Tielas, responsable del Departamento de Materiales y Sistemas de Interior del Centro Tecnológico del Automóvil de Galicia (CTAG), señala que se debe ir hacia otras soluciones que no sean electrificadas.
El especialista indica que deberán surgir iniciativas “en combustibles alternativos” como el hidrógeno.
A modo de demostración, el hombre del CTAG apunta a un estudio realizado por Volvo en el 2021 que comparó un auto a combustión con uno eléctrico de similares características. Se trataba de un C40 eléctrico y un XC40 coupé a combustión.
El primer punto en la investigación, fue el proceso de fabricación que mostró que el C40 supone 70% más de emisiones que el XC40 con motor de combustión interna. Estos coches fueron construidos sobre la misma plataforma y comparten muchas de sus piezas.
En segundo orden, se cotejó la manufacturación de los materiales y componentes, dejando fuera a la batería. El eléctrico genera un 30% más de CO2 en contraposición al de combustión causado por la mayor presencia de aluminio en el primero.
Lo demostrado es que la compensación se logra una vez que el vehículo es puesto en circulación. La huella de carbono del C40 se equilibra llegados los 49 mil kilómetros por el sistema de recarga de baterías, si este se alimenta con energías renovables.
Si su recarga no fuese totalmente «verde» la compensación comenzaría a los 77 mil kilómetros logrando superar al de combustión a los 110 mil kilómetros.
De dónde viene la solución
Desde el punto de vista de Tielas se debe poner foco en “lo que cuesta fabricar todos los componentes de las baterías y demás” partes del vehículo. Plantea que los técnicos ven “un escenario complicado” y, a su vez, “muy interesante”.
En este contexto, la solución en la industria vendrá por el lado del reciclaje y el segundo uso de componentes del coche. También el concepto de «recauchutar» estará en el futuro de la automoción.
La idea de la reutilización de componentes le dará una vuelta de tuerca al sector que deberá ser repensado a futuro. En este sentido, la evolución en las técnicas de fabricación serán necesarias. Sobre este punto el técnico marca que el acero, muy presente en los coches, es un “material noble” para su reuso. Otro es el plástico que también es de fácil reutilización.
Problemas en las regulaciones
Desde los gobiernos han solicitado bajas en las emisiones y han puesto sanciones para los incumplimientos de los niveles de carbono. Por estas razones, la industria se ha movido radicalmente para buscar soluciones.
Tielas es crítico en este sentido, marcando que los propios gobiernos “dificultan muchas veces conseguir los objetivos” por las exigencias que se solicitan.
Una de las regulaciones en España es la Ley de Cambio Climático y Transición Energética que establece que los municipios españoles de más de 50.000 habitantes que superen los valores límite de contaminantes regulados, deberán adoptar antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible.
En este marco, deberán introducir medidas de mitigación y reducir las emisiones de la movilidad, incluyendo, entre otras, el establecimiento de zonas de bajas emisiones.
La creación de estas zonas de bajas emisiones está también prevista en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) y en el Programa Nacional de Control de la Contaminación Atmosférica (PNCCA).