Desde Toscano, la empresa especialista en el diseño y la fabricación de equipos de control y protección para el sector eléctrico, hidráulico y medioambiental, apuestan por el sector de la electromovilidad.
En diálogo con Portal Movilidad España, David Morales, responsable del departamento de ventas nacionales, y Juan Troncoso, encargado del área de marketing de la compañía, aseguran que este “es un mercado que va en aumento”.
Muchos fabricantes de puntos de recarga ya están incorporando las protecciones de la firma sevillana a sus productos, entre ellos, Wallbox.
“Las protecciones enfocadas en la movilidad eléctrica actualmente suponen un 17% de nuestras ventas”, remarcan.
En tanto, su cuota de mercado a nivel nacional “ronda cerca del 80% de las protecciones que se instalan en España para la movilidad eléctrica”.
La función del producto es, ante una sobretensión, desconectar el vehículo automáticamente.
Y cuando la tensión se encuentra nuevamente estable durante unos segundos el equipo lo vuelve a conectar.
“Le damos una autonomía importante al punto de recarga, que además se puede monitorizar a través del móvil”, señalan.
La firma cuenta con el incentivo de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), de la Junta de Andalucía, por un importe de 83.426,27 euros.
A su vez, cofinanciado en un 80% por la Unión Europea, a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
El mismo se encuentra destinado a la realización del proyecto “Desarrollo e internacionalización tecnología de protectores de sobretensión eléctrica VIGIVOLT”, lanzado en 2007.
Esta gama se enfoca en la protección de sobretensiones, tanto transitorias como permanentes.
El producto cuenta con certificaciones a nivel nacional y empresarial, entre ellas, las normativas específicas de ENDESA.
De momento poseen más de 20 modelos de protectores. Su estrella es el COMBI-PRO.
“En ese tiempo no se ha fabricado ningún otro equipo que compita con el nuestro”, detallan.
A corto plazo, Toscano aspira a mejorar la conectividad de su producto, integrándolo a una domótica real y sencilla de utilizar.
“Buscamos que cuando acerques el coche al punto de recarga lo actives sin conectarlo”, explican.
En la actualidad, esta es una tendencia hacia la que apunta la mayor parte del sector eMobility.
La automatización y simplificación de las tareas para el usuario se están convirtiendo en la prioridad número uno de las empresas.
Lo que se busca es facilitar la experiencia con el vehículo eléctrico, empleando la menor cantidad de tiempo y esfuerzo posible.
En algunos casos ya están desarrollando tecnologías que permitan realizar las recargas sin necesidad de contar con un cable, es decir, llevarlo a cabo de manera inalámbrica.
Lo mismo ocurre con el auge de la interoperabilidad hacia la que se inclinan no solo los conductores de vehículos eléctricos, sino también los operadores.
Al no haber un sistema estandarizado de pago en los puntos de recarga, en reiteradas ocasiones los usuarios se enfrentan a tener que descargarse en su móvil una gran cantidad de aplicaciones.
A su vez, muchos no pueden cargar el coche si no están suscritos a un determinado servicio.
Por otra parte, considerando la prohibición de la venta de coches a combustión a partir de 2035, parte del paquete de medidas de la UE, el mercado eléctrico europeo está creciendo de manera exponencial.
En este marco, a nivel nacional el incremento es notable, aunque “no tanto como en el resto de Europa”, exponen.
Y declaran: “Aquí tenemos una barrera muy importante que son los puntos de recarga, más que la problemática del coche en sí”.