Con una presencia establecida en toda Europa, TotalEnergies aspira a desempeñar un papel destacado a nivel mundial en la transición energética y lograr la neutralidad de carbono en todas sus operaciones globales para el año 2050.
En medio de esta expansión, Ignacio Barbero, Director de electromovilidad en la empresa, afirma que enfrentan desafíos distintos en cada país.
Esto se debe a las variadas leyes, regulaciones y estructuras burocráticas de cada estado, diseñadas para cumplir con los objetivos establecidos por la Unión Europea en busca de la movilidad eléctrica.
«Nos enfrentamos a desafíos burocráticos que involucran no solo a la administración sino también al distribuidor de electricidad, lo que puede extenderse durante varios meses», señala Barbero.
¿Cómo se puede resolver esto? El Director de electromovilidad de TotalEnergies sugiere «la unificación de criterios«.
Sin embargo, enfatiza la dificultad de implementar esta medida debido a las marcadas diferencias entre cada país.
Por ejemplo, Francia es un país altamente centralizado con un único distribuidor de electricidad.
En cambio, Alemania y España son países caracterizados por su completa descentralización, lo que lleva a tiempos de espera de hasta dos años en algunos casos para la activación de estaciones de carga.
Esta variación se extiende al nivel local, siendo Londres un ejemplo de más de 30 administraciones diferentes.
Si bien los desafíos pueden diferir en cada ubicación, el obstáculo principal para el despliegue de infraestructura en toda Europa radica en las complejidades burocráticas.
Esta observación se hace evidente cuando la empresa despliega sus estaciones.
Recientemente, la firma ha ganado contratos que les permitirán seguir expandiendo su red de carga en toda Europa con la instalación de 3.000 puntos.
En este contexto, Barbero señala que los plazos de implementación están condicionados por los horarios específicos de cada ciudad y país.
Como resultado, metrópolis como Bruselas y París ya tienen todos los puntos de carga instalados y operativos.
Mientras tanto, se espera que las instalaciones en Madrid estén activas entre febrero y marzo del próximo año, y en Berlín, se proyecta que estén operativas para finales de 2024.
«Cada nación presenta velocidades, requisitos y áreas de enfoque diferentes para el trabajo, lo que hace que cada proyecto sea completamente único en relación con otros», asegura.
Barbero también destaca la necesidad de que las administraciones consideren las rutas secundarias como un punto crucial.
Actualmente, existe una distribución desigual de puntos de carga, tanto a nivel nacional como entre áreas urbanas y rurales.
Para fomentar que empresas privadas instalen equipos en estos lugares, una solución viable sería que las administraciones públicas ofrezcan incentivos.
Este enfoque tiene como objetivo asegurar que el 100% del territorio de la Unión Europea pueda estar cubierto.
Esta iniciativa cuenta con el respaldo del Reglamento sobre la Infraestructura para los Combustibles Alternativos (AFIR), que establece objetivos obligatorios para el despliegue de infraestructuras de carga eléctrica.
Según este reglamento, a partir de 2025 será necesario instalar estaciones de carga rápida de al menos 150 kW cada 60 kilómetros a lo largo de la red de transporte transeuropea (RTE-T).
Además, se espera instalar estaciones dedicadas a vehículos pesados con una potencia mínima de 350 kW cada 60 km en la red principal RTE-T.
Y cada 100 km en la red RTE-T más amplia, con el objetivo de lograr una cobertura completa de la red para 2030.
Esta estrategia tiene como objetivo democratizar el acceso a los vehículos eléctricos, respaldada por una red de carga operativa, para cumplir con los objetivos de neutralidad.
A pesar de la importancia de estas medidas, su alcance resulta insuficiente ya que no abordan las rutas secundarias.
El problema no se limita a las áreas rurales, sino que también se extiende a las áreas de servicio, donde muchos propietarios aún dudan en invertir, percibiéndolo como inviable, al menos a corto plazo.
En este sentido, son necesarios los incentivos de las administraciones, pero deben ir acompañados de campañas de concientización.
Es esencial abordar esta transición a la movilidad eléctrica «de manera inteligente, informando y educando».
TotalEnergies planea alcanzar 150.000 puntos de carga en Europa
La empresa energética francesa ha establecido objetivos para el año 2025, que incluyen el despliegue de 150.000 puntos de carga en toda Europa.
En apoyo al desarrollo de la eMovilidad en Francia, la empresa ha anunciado una inversión de 200 millones de euros.
Estos fondos se utilizarán para equipar más de 150 de sus estaciones de servicio en carretera con puntos de carga de alta potencia para vehículos eléctricos.
En línea con este objetivo, se prevé que más de 110 estaciones de servicio se equiparán con 175 kW.
Actualmente, TotalEnergies colabora con varios proveedores de equipos y soluciones para la instalación y operación de su red de puntos de carga.
Entre ellos, destacan empresas como ChargePoint, EVBox, Tritium y Schneider Electric.