Con el objetivo de impulsar una red de puntos de recarga para vehículos eléctricos, el municipio se enfoca, por un lado, en la implantación de enchufes de carga rápida, ofreciendo a los usuarios una potencia de 50 kilovatios (kW).
Esta tarea la lleva a cabo en articulación con empresas privadas. Así, se complementan para dotar a València de puntos de recarga.
Luego, hacen hincapié en la distribución de cargadores “más lentos” que sean de larga estancia. Por ahora, desde el Ayuntamiento contemplan la instalación de 200 de estos puntos, pero con expectativas de aumentar sus cifras.
Además, otra de las apuestas está vinculada a la gestión pública de aparcamientos.
En este sentido, mediante la remodelación y actualización de infraestructura, València logró una tecnología que mejora la experiencia de los usuarios de coches electrificados.
“Tenemos un parking de 300 plazas con 40 puntos de recarga a 22 kW. También cuenta con un mallado de red que incrementa o disminuye la potencia en función de la cantidad de vehículos conectados. Su sistema inteligente funciona y eso se está replicando en todos los partidos”, explica Giuseppe Grezzi, concejal del Ayuntamiento de València.
Dicho plan de despliegue no solo tiene como meta brindarles seguridad a los valencianos que poseen un vehículo eléctrico o proyectan adquirirlo, sino que se busca fomentar el cambio tecnológico, y así, construir una ciudad cero emisiones.
Otro punto dentro de esta agenda eMobility es la creación de una plataforma integrada.
Allí, a través de una aplicación móvil se incluirán todas las empresas que cuenten con enchufes.
Grezzi señala que este proyecto será financiado con fondos europeos y que generará “tener un mapa completo de todos los puntos de carga para atender las demandas y necesidades de los usuarios”.
Los incentivos ayudan a València en su transición hacia la movilidad eléctrica
Otra forma de estimular el crecimiento de la electrificación en València es mediante los incentivos.
“Por un lado, están los fiscales, donde a través de una ley del Estado, se les exige a los Ayuntamientos que los vehículos cero emisiones solo paguen el 25% del impuesto de circulación”, detalla el concejal.
Y agrega: “Luego, las ayudas que el Gobierno ofrece a los residentes para comprar un coche eléctrico o instalar un punto de recarga doméstico”.
Como lo es el Plan Moves que aunque tiene fecha de caducidad este 31 de julio, se prevé que la renovación del programa sea durante el segundo semestre del año.
“Se está observando un crecimiento en las matriculaciones de los vehículos menos contaminantes o de cero emisiones”, manifiesta Grezzi.
La EMT València moderniza su flota
En el marco de este proceso estratégico que propone el Ayuntamiento para “fomentar el cambio tecnológico y sostenible”, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) aprobó la adjudicación de la compra de nuevos buses eléctricos.
Por ello, a finales de 2024 llegarán a la EMT València un total de 26 autobuses eléctricos y 31 híbridos articulados.
De esta manera, la flota de la compañía municipal incorpora 57 nuevos autobuses por un importe de 29.489.354 millones de euros.
Otros modelos que buscan la electrificación
Por su parte, Madrid tampoco se queda atrás en su camino hacia una ciudad más sostenible.
El Ayuntamiento madrileño está lanzando subvenciones dirigidas a personas residentes en la capital que adquieran sus vehículos allí.
Estas ayudas no solo respaldan la transición hacia coches eléctricos, sino también otras tecnologías.
Una de las iniciativas de apoyo que ofrece el Ayuntamiento es el Plan Cambia 360.
El monto se divide en dos categorías de ayudas. La primera se destina a la movilidad sostenible, con la mayor reserva de la inversión de 67.5 millones de euros.
La segunda abarca subvenciones para la regeneración urbana y eficiencia energética, con un fondo de 43.3 millones de euros.
Se trata de una política en constante evolución, una estrategia dinámica que se enriquece con la adición de nuevas medidas.
Mientras tanto, Barcelona también demuestra un enfoque definido.
La ciudad cuenta con aproximadamente 6,6 puntos de recarga por kilómetro cuadrado, en una superficie de 100 km2, contando con más de 700 estaciones de recarga.
Redha Zetchi, Director Corporativo del Servicio Cliente en Barcelona de Serveis Municipals (BSM), asegura que, al contrario de Madrid, que busca orientar la atención hacia la carga rápida, su «foco está puesto en la recarga lenta, pero planificada».
Principalmente en los núcleos urbanos. Esto se debe a que las redes eléctricas de las ciudades no lo podrían tolerar.
En su perspectiva, la sostenibilidad se logra mediante una recarga lenta a 3,7 kilovatios, planificada.
