Volkswagen AG y sus socios invertirán 10.000 millones de euros para fabricar vehículos eléctricos y baterías en España, acción respaldada por por las ayudas emitidas por medio del PERTE para el desarrollo del vehículo eléctrico y conectado (VEC).
El fabricante de automóviles alemán pretende comenzar la producción en serie de la planta de 40 gigavatios-hora (GWh) en 2026, y esto es un completo “éxito”, según el propio Thomas Schäfer, CEO de la firma de Wolfsburgo.
“España fue muy visionaria ayudando a la industria automotriz en su transformación. Yo diría que es, probablemente, el país que más ha avanzado dentro de Europa en esa materia, y eso ha sido muy bueno”, ha manifestado en diálogo con medios locales en el CES de Las Vegas.
Actualmente el país se ubica como el mayor fabricante de automóviles del continente, por detrás de Alemania, y para mantener esta ubicación el año pasado ha lanzado un proceso de licitación de unos 3.000 millones de euros en préstamos y subvenciones para promover la producción local.
Allí fue donde Volkswagen y su unidad española SEAT presentaron una oferta, y han llegado a captar casi 400 millones para expandir sus líneas de producción en España.
Los planes del consorcio alemán están enfocados en que las plantas de Martorell y Landaben sigan con su proceso de cambio para poder fabricar coches eléctricos en un futuro muy próximo.
“Vamos a traer los vehículos eléctricos pequeños y a dividirlos entre Martorell y Pamplona. Invertiremos en ellas”, ha asegurado en este sentido el ejecutivo.
En cuanto a la planta de baterías, cabe recordar que esta prevé una inversión total de hasta 4.500 millones de euros entre 2023 y 2026.
Esto, según recoge la iniciativa presentada a la Generalitat Valenciana por parte de la empresa Power Holdco, perteneciente al grupo, para que la propuesta sea declarada Proyecto Territorial Estratégico (PTE).
El documento también detalla que en la fase inicial del proyecto la inversión se situará en torno a los 3.000 millones de euros y que el impacto directo en el Valor Añadido Industrial (VAB) en la Comunitat Valenciana supondrá unos 650 millones de euros “cuando se alcance el 100% de la producción prevista”.
En cuanto a la generación de empleo, durante la primera fase, relativa a la construcción, el montaje de la maquinaria y la puesta en marcha de la giga factoría, se estima que se creará una media anual de 8.900 puestos de trabajo directos y 10.200 indirectos entre 2023 y 2026.
¿Qué papel jugará el hidrógeno?
Al ser consultado por el protagonismo del hidrógeno verde en la transición a una movilidad más sostenible Thomas Schäfer no vaciló ni un segundo al descartar completamente sus planes.
«Este vector no es para nosotros. Ni siquiera a partir de 2026. Lo dice la física pura y es costoso. No es competitivo, y menos para los automóviles de pasajeros, cuyos tanques restan espacio en el habitáculo. Quizá para los vehículos comerciales”, planteaba.
A lo que agregó: “No veo que esto suceda en esta década. No en Volkswagen”.
Esto se da en el marco de que marcas como Toyota, Hyundai o BMW están generando una decidida apuesta por este vector, pero mientras tanto la empresa alemana elige tomar otra dirección.
¿Amenaza China?
Aclarada las bases de su estrategia en cuanto a la electrificación, Schäfer se hizo un espacio para hablar de la “amenaza” que supone el “gigante asiatico” en Europa.
El acaparamiento del mercado con automóviles con precios más accesibles ha comenzado a generar un temor, pero para el CEO la “competencia siempre es buena”.
“Esto es lo que nos mantiene en nuestro estado de ánimo de lucha. Así que tienes que ayudar y luchar. Pero tampoco es fácil para ellos”, planteó al respecto.
Desde su punto de vista muchos de estos actores necesitan comenzar desde cero en un mercado que entienden “muy poco”.
La realidad es que los locales ya cuentan con una gran infraestructura en términos de concesionarios y de marcas con herencia, cosa que los extranjeros todavía no tienen en este continente.
Frente a lo que reconoció: “Es competencia. No es malo”.