Con la intención de comprender la situación actual de la electromovilidad en Austria, Mobility Portal Europe entabla un diálogo con Matthias Fischbacher, Director General de SMARTFOX.
A pesar de los importantes avances observados en el país, Fischbacher señala: “No queremos que la adopción de la movilidad eléctrica se convierta en una obligación impuesta por el Gobierno”.
En otras palabras, a pesar de los subsidios otorgados y las metas marcadas para promover la adopción de vehículos eléctricos, es fundamental que la sociedad “entienda cuál es el propósito final” de esta transición.
Actualmente, la compra de un coche de cero emisiones por parte de particulares recibe un incentivo de 5.000 euros, de los cuales 2.000 proceden de importadores de automóviles y 3.000 del Gobierno federal.
Además de estas bonificaciones, la administración reduce los impuestos sobre los vehículos de empresa de cero emisiones para hacerlos más atractivos para los empleados.
Esta ventaja fiscal se traduce en una mayor matriculación de automóviles comerciales en comparación con los privados, según el Director General de SMARTFOX.
“Observamos registros muy positivos y un gran interés por la movilidad eléctrica en Austria”, afirma al respecto.
Según las últimas cifras publicadas por la Asociación Federal Austriaca de Electromovilidad (BEÖ en alemán), a finales de marzo de 2024 había más de 160.000 coches puramente eléctricos.
Esto representa aproximadamente el 4,9% de la flota total de vehículos eléctricos del país.
Además, a 31 de diciembre de 2023, ya existían 22.139 puntos de recarga públicos instalados, ubicados principalmente en la Baja y Alta Austria y en el Tirol.
Sin embargo, la diferencia entre matriculaciones de coches particulares y de empresa no está enteramente relacionada con los incentivos.
Por el contrario, también se vincula con la situación económica del país, que en marzo experimentó una tasa de inflación del 4,2%, según una estimación preliminar de Statistics Austria.
Aunque se prevé una disminución de este porcentaje a lo largo del año, este fenómeno está impactando las ventas de vehículos eléctricos.
Durante el tercer mes de este año, se matricularon por primera vez 10.802 coches de cero emisiones, lo que constituye el 17,1% de todas los nuevos registros.
Esta cifra refleja una ligera disminución del 3,9% en comparación con 2023.
«Esto ocurre porque la sociedad se enfrenta a preocupaciones mucho más urgentes, como el pago del alquiler o el aumento de los costes de los alimentos», explica Fischbacher.
Otro sector que experimentó un crecimiento en los precios es el sector energético.
Aunque los costos han disminuido en comparación con el año anterior, en general siguen siendo elevados.
¿Qué ventajas ofrece la solución de carga SMARTFOX?
“Nuestro objetivo es ofrecer una gestión energética integral”, subraya Fischbacher.
Con más de 20 años de experiencia en el sector fotovoltaico, la empresa combina la carga de vehículos eléctricos con la energía solar.
Su producto, Pro Charger, en combinación con el gestor de energía SMARTFOX Pro, permite el uso de la electricidad generada por el propio sistema fotovoltaico.
Incluso en casos de reducción de la potencia de la instalación, sigue siendo factible cargar el coche utilizando el excedente de energía disponible, seleccionando al mismo tiempo automáticamente el punto de funcionamiento óptimo.
Esto significa que incluso cuando el rendimiento energético del sistema fotovoltaico es bajo, por ejemplo, con mal tiempo, la carga se puede realizar solo con excedente.
Con baja potencia, la carga monofásica se puede iniciar desde tan solo 1,4 kilovatios.
Si el excedente de energía aumenta, SMARTFOX cambia automáticamente a carga trifásica y ahora puede controlar de forma continua hasta 11 kW.
Esto se convierte en una solución sencilla y económica.
Según cálculos de la empresa, un vehículo eléctrico compacto consume alrededor de 2.000 kilovatios-hora al año (con un kilometraje anual de aproximadamente 10.000 kilómetros).
El coste medio de la electricidad procedente de la red es de unos 0,30 céntimos por kWh, mientras que la energía fotovoltaica cuesta solo unos 0,10 céntimos por kWh (calculado con un sistema de 10 kWp).
Esto reduce los gastos de viaje a un tercio.
¿Qué más ofrecen SMARTFOX Pro y Pro Charger?
“Carga continua de excedentes, gestión dinámica de la carga, conmutación automática monofásica/trifásica y monitorización gratuita», destaca la empresa.
A través de la aplicación sin coste My SMARTFOX, los usuarios pueden monitorear el sistema, incluidos todos los consumidores como bombas de calor, resistencias en calderas o acumuladores, bombas de piscina y muchos más, en todo momento, y controlarlos según sea necesario.
Además, está disponible una función de control rápido para las estaciones de carga de vehículos eléctricos, que permite al cliente seleccionar los modos de carga deseados.
Y eso no es todo.
Además, este año, SMARTFOX lanzará al mercado el SMARTFOX Pro Charger 2, una caja de carga diseñada para hogares y pequeñas empresas.
Esto se debe a que, según el director general, aproximadamente el 70% de todas las recargas de coches eléctricos se realizan en casa o en el lugar de trabajo.
“Por ello nuestro enfoque y nuestra gama de productos encajan perfectamente en este segmento”, subraya.
Es una combinación ideal de desarrollo técnico de productos y experiencia en diseño internacional.
«Hemos puesto mucho esfuerzo en la experiencia de carga. Óptica y táctilmente buscamos ofrecer al cliente una sensación agradable”, detalla Fischbacher.
¿En qué otros países opera SMARTFOX?
La empresa también está operativa en Alemania, Suiza e Italia.
Además, Fischbacher asegura que tienen planes de expansión para el futuro: “Consideramos a Europa como nuestro mercado principal y objetivo”.
En este sentido, destaca que el continente afronta actualmente un período de desafíos, aunque la movilidad sigue evolucionando constantemente.
En este contexto, subraya la necesidad de reducir la dependencia de recursos externos a la Unión Europea (UE), tal y como afirma la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) en un informe.
En el comunicado, señaló que la pandemia de COVID-19, la crisis de los semiconductores y la invasión rusa de Ucrania pusieron de relieve la extrema dependencia de la UE de terceros países para ciertos materiales clave.
Para abordar esta cuestión, Fischbacher destaca tres requisitos que deben cumplirse: capacidad técnica, “que ya poseemos”, marcos regulatorios apropiados y voluntad política para implementar los cambios necesarios.
“Si disminuimos estas dependencias, también reduciremos los problemas en general”, expresa.
