La prohibición de subir patinetes eléctricos en el transporte público entra en vigor hoy. De momento tiene carácter provisional y durará seis meses, hasta el 31 de julio. Supondrá un cambio en la movilidad de miles de personas, que hasta ahora combinaban transporte público y patinete eléctrico en sus desplazamientos diarios.
“Me parece una medida de prevención prudente, razonable y proporcionada frente a la falta de regulación, homologaciones y controles de seguridad de todos estos Vehículos de Movilidad Personal (VMP)”, asegura Ángel López, director de Estrategias de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona.
La prohibición afecta a todos los transportes públicos de Cataluña. Las excepciones son los taxis y los trenes de largo recorrido (AVE y similares), pero el resto están afectados por la prohibición.
Aunque la iniciativa ha correspondido a la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) de Barcelona, se ha hecho extensiva por todo Cataluña.
Por lo tanto, afecta a los servicios de Metro de Barcelona; todas las líneas Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC); todos los servicios de autobús de TMB así como el resto, urbanos e interurbanos, incluido el bus nocturno y los servicios de empresas como Sagalés, Sarfa o Hispano Igualadina, entre otras; el Tram, y los servicios de Rodalies y Regionals de Renfe.
“La seguridad de las baterías y su recarga quedan muy lejos de los estándares industriales que se exigen a las de los coches y motocicletas”, comenta el encargado de movilidad eléctrica a Portal Movilidad España.
El motivo de la prohibición se encuentra exactamente en lo que menciona López: en la eventual peligrosidad que suponen los patinetes eléctricos en entornos cerrados, como pueden ser vagones de metro y tren o autobuses.
El incendio ocasionado por la explosión de una batería de patinete eléctrico en un vagón de FGC en Sant Boi de Llobregat el noviembre pasado, con tres heridos, ha sido el factor clave que ha llevado a la ATM a proponer la prohibición, con el fin de evitar nuevos accidentes de este tipo.
“Hasta que no podamos garantizar que todos estos VMP cumplan unos mínimos de seguridad equivalentes, pienso que es conveniente evitar su presencia en el transporte público y, en general, en cualquier lugar cerrado de gran concurrencia”, sentencia López.
De momento, la prohibición es temporal por seis meses, hasta el 31 de julio de 2023. Eso no implica que una vez vencido este plazo se vuelva a permitir transportar patinetes eléctricos en trenes y autobuses.
Según ha señalado la Generalitat, durante este periodo de seis meses «se elaborará una propuesta de regulación sobre el acceso y seguridad de los patinetes eléctricos y otros vehículos de movilidad personal».
En esta normativización participarán varios agentes interesados en la seguridad del sistema de transporte, como operadores, bomberos e institutos de seguridad de vehículos. La intención inicial es llegar a agosto con una normativa clara sobre las condiciones en que se podrán transportar los patinetes.
Cifras del patinete eléctrico
El “Segundo Barómetro RACC de la movilidad en VMP en Barcelona y en sus accesos” elaborado por el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) dio a conocer, en septiembre de 2022, que el 39% de los desplazamientos en patinete eléctrico en Barcelona se hacen en combinación con el transporte público.
De esta cifra se desprende que, hasta ahora, dos de cada cinco desplazamientos con VMP se entrelazan con algún sistema de transporte público, un hecho que ha supuesto un cambio importante en la movilidad desde la eclosión de los VMP de los últimos años, el más utilizado es el patinete eléctrico.