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diciembre 12, 2022
Francisco Quatrin
By Francisco Quatrin

Redha Zetchi: «En núcleos urbanos se apuesta por recarga lenta y planificada»

El gerente de Nueva Movilidad de Barcelona de Serveis Municipals, Redha Zetchi, que es el responsable de Endolla Barcelona y la red pública de electromovilidad de Barcelona, explica la estrategia de despliegue de infraestructura en la ciudad con más puntos de recarga por kilómetro cuadrado.
commercial@strategicenergy.com

La ciudad de Barcelona cuenta con 6,6 puntos de recarga por kilómetro cuadrado, en una superficie de 100km2. Es la ciudad española con la red publica más grande de España y una de las mayores del sur europeo: 650 estaciones de recarga.

Redha Zetchi es el gerente de Nueva Movilidad de Barcelona de Serveis Municipals (BSM) y encargado de Endolla Barcelona, quien comenta sobre la estrategia que ha adoptado la ciudad desde hace un tiempo para el despliegue de infraestructuras.

El foco está puesto en la recarga lenta pero planificada. Una estrategia que se basa en cuatro puntos claves en una ciudad compacta y con una de las mayores densidades poblacionales por kilómetro cuadrado de Europa: 16.000 habitantes cada km2.

¿Cómo se planificó la estrategia de despliegue de puntos de recarga en Barcelona?

Uno de los puntos que frenan la compra de vehículos eléctricos es dónde podré recargar y si tendré puntos de recarga. Allí es donde influimos nosotros en la cadena de valor: aseguramos una red de infraestructura que sea capilar y fiable.

Barcelona es una ciudad compacta de 100 kilómetros cuadrados con muchos habitantes. Tenemos una densidad actualmente de más de 16.000 habitantes por kilómetro cuadrado.

Con esto podemos entender y suponer que instalar puntos de recarga no va a ser fácil. Los ciudadanos, se supone, tienen que colocarlos en sus casas o en edificios. Pero esto en Barcelona no es posible como lo es en Oslo.

Pretendemos suplir ese gap donde los ciudadanos, seguramente, no podrán poner puntos de recarga en su casa porque viven en zonas muy densificadas. Ahí estamos para encargarnos de una red pública para dar servicio y suplir a esa demanda. 

¿Dónde se planean instalar estos puntos de recarga?

Dentro de nuestra estrategia lo que queremos es no utilizar el espacio público en esa transformación. Por lo tanto optamos por los aparcamientos. Pretendemos que las ciudades sean más “vivibles” y la infraestructura de carga de moleste.

De hecho, allí estamos derivando en conceptos distintos de nuestros aparcamientos. Ya no son tal cosa sino son hubs de movilidad, donde albergan distintos servicios de la ciudad.

Estamos viviendo esa transformación y ya no es un sitio donde aparcas el coche, sino que recargas tu eléctrico, estacionar la bicicleta, hacer intermodalidad y coger la bicicleta. 

Dada a la cantidad de puntos de recarga, debe haber un gran coste energético, ¿Cómo se planifica esta situación de mayor demanda?

Es un punto clave en nuestra estrategia, la energía no es infinita la energía aunque  actualmente parece serlo pero la tenemos que cuidar mucho. Por eso, una de las palancas de esa transición energética va a ser la Smart Energy: usar de forma eficiente la energía.

La segunda es que tenemos que movernos hacia la energía renovable que nos van a ayudar muchísimo a compensar esa falta de energía. 

¿Se busca una recarga rápida cuando se trata de puntos de carga públicos? ¿O qué estrategia se adopta?

Lo que decimos en Barcelona y en los núcleos urbanos es que se debe optar por una recarga lenta y planificada. Hay una discusión entre lenta y rápida, aquí apostamos por que las ciudades tienen que ser así, porque sería imposible pensar en un modelo de gasolineras extrapolarlo actualmente a un modelo de recarga eléctrica.

Estamos acostumbrados a recargar en cinco minutos e irnos. Debemos cambiar nuestro mindset. Eso es un trabajo que tenemos y estamos haciendo en Barcelona para cambiar la mentalidad de nuestros ciudadanos.

Sino es imposible gestionar los picos de demanda energéticos cuando todos busquen cargar con rápida o ultrarápida. 

Entendemos que la sostenibilidad pasa por una recarga lenta a 3,7 kilovatios planificada y que las incertidumbres tiene la ciudadanía se solucionen de esta forma.

¿Qué sucedería si un usuario desea hacer un viaje largo, tiene escasa batería y debe recargar rápido?

La carga rápida tiene lógica en entornos interurbanos, hay que desarrollar una red de puntos de recarga rápidos y ultra rápidos, pero esto ya se está haciendo.

La normativa europea marca que debe haber uno de 150kW o más cada 60 km. Eso es necesario. Estamos en un buen camino en Europa, al menos en la red del sur donde hay empresas importantes que están trabajando en una estructura muy importante de puntos de recarga ultra rápidos interurbanos.

En cuanto a la planificación, recientemente han lanzado el piloto de eCharge4Drivers, ¿cómo funciona esta aplicación?

Fue lanzado hace solo dos semanas. En principio se trata de planificar pero además debo saber cómo cargar mi coche y cuándo, no lo puedo dejar al azar, ni a una improvisación. 

Nuestro proyecto intenta beneficiar a ambas partes, tanto cliente como el gestor. Debemos saber de aquellos momentos donde la energía está teniendo una alta demanda y cuándo no. Es un win-win. 

Tú vienes y dices: voy a dejar el coche el viernes a las 8 p.m. y lo voy a recoger el domingo a las 4 p.m., entonces lo informas en la app. Allí sabrás la hora, cuántos kilovatios se necesitan para tener tanta autonomía. 

Esto se informa en nuestra plataforma y a partir de ahí, nosotros trabajamos para entregar la energía cuando se pueda. Quizás no de forma inmediata pero sí será recomendable en horas valle, como de 3 a 6 a.m, y con un coste más barato.

¿Cómo están pensando la estrategia a futuro cuando la demanda crezca porque habrá un parque móvil con mayor presencia de eléctricos?

En la primera fase vamos a poner infraestructura “independientemente de la demanda” porque entendemos que es una herramienta para un efecto llamada para comprar coches eléctricos.

¿Qué va a pasar en el futuro? Hemos planificado llegar en 2023 hasta los 1.000 puntos que ya era una planificación de despliegue y a partir de ahí, entre 2024 y 2030 lo que haremos es evaluar la demanda de ese momento porque ya nos hemos anticipado bastante.  

¿Cómo se preparan para esa futura demanda?

Vamos a  preparar nuestros aparcamientos para que estén preparados y podamos responder de forma ágil. Una instalación eléctrica no se hace de un día para otro ni en un mes ni en dos. 

Entonces preparamos nuestra red eléctrica desde ya para aquel futuro donde haya que instalar más puntos de recarga y poder responder a tiempo a esa demanda.

Hasta 2023 crecemos hasta los 1000 y partir de ahí observaremos y avanzaremos y estaremos preparados. Pero decir cuántos puntos estarán instalados para 2025 o 2028 sería poco profesional.

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