Alicante estrena su nuevo modelo de transporte colectivo basado en la movilidad inteligente, más sostenible y eficiente, con la renovación del contrato de gestión del Grupo Vectalia.
Para conocer al detalle el plan que se está desplegando, Portal Movilidad España dialoga con el Director de Licitaciones y Proyectos del operador, Rubén Urrestarazu.
“Desde el Grupo ya introducimos la descarbonización como un eje primordial. No solo en lo referido al transporte, sino que en los otros negocios que desplegamos”, comenta el ejecutivo.
El compromiso con la transición tecnológica es un estandarte, pero para avanzar se debe hacerlo de una “manera más razonable”.
Las normativas europeas y las metas nacionales para la renovación de flotas han puesto a los operadores a trabajar contra reloj y es aquí donde Urrestarazu hace un llamado de atención:
“Falta incluir un punto de cordura en todo este proceso. Hay que abordarlo con una visión más alineada con la tecnología y con las posibilidades que tenemos”.
El despliegue de las infraestructuras de recarga es un punto que pone en jaque todas las estrategias que están a punto de materializarse.
Para la empresa es vital poder contar con redes de carga que permitan dar respuesta a la demanda que está comenzando a gestarse.
Por delante Vectalia se enfrenta al desafío de operar 25 nuevos buses eléctricos que están por incorporarse a la flota de transporte público de Alicante.
A finales del 2022 se anunció que serían 23, pero el ejecutivo comenta que finalmente serán dos mas.
Estas unidades forman parte de las 42 previstas en el contrato que se adjudicó a UTE MIA (Movilidad Inteligente Alicantina).
Concretamente, se han probado entre mayo de 2021 hasta la actualidad buses eléctricos Solaris Urbino 12 Electric, Volvo 7900 Eléctrico.
También, el Alfabús Ecity L12 y MAN Lion’s City 12E y 18E.
En cuanto a modelos de hidrógeno, se ha puesto a prueba el Solaris Urbino 12 Hydrogen y el CAETANO en junio de 2021.
Esto, coincidiendo con la presentación del proyecto Hyvus en el campus de la Universidad de Alicante.
Esto significa no sólo un hito para Vectalia, sino que también un reto de «enormes dimensiones».
El reto de la electrificación
El grupo hasta el momento no ha tenido experiencia en un proyecto de electrificación de este nivel, por lo que al llegar las nuevas unidades se verá obligado a modificar sus métodos de operación.
“Lógicamente vamos a tener que amoldar las instalaciones, desarrollar otros procesos de carga lenta y nocturna. Nos enfrentamos a un mundo relativamente nuevo”, admite.
Pero este proceso no se mira desde una perspectiva negativa, ni mucho menos.
A lo que añade: “Vemos un desafío de gran envergadura que nos va a permitir dar un salto cualitativo en el ámbito de electrificación”.
El gran cliente de Vectalia hoy en día es la Administración Pública y hoy se posiciona como uno de los operadores líderes en movilidad urbana.
Se encarga de las operaciones en ciudades como Cáceres y Mérida, entre otras tantas que se suman a la lista.
Y en el marco de todas estas operaciones tiene la meta de poder duplicar las flotas de cero emisiones.
Vectalia y las licitaciones públicas
En todo este proceso, Vectalia se encuentra sometido a las reglas de juego ya impuestas, como lo es el caso de los modelos concesionarios y las licitaciones.
Cada una cuenta con condiciones que deben cumplirse al pie de la letra y que son claves para las adjudicaciones.
“Siempre se imponen ejes de movilidad limpia, pero es necesario contemplar el esfuerzo exponencial que requiere y que siempre queda en manos del operador”, refiere Urrestarazu.
En el caso de que se presente un concurso público, hay veces que los pliegos no especifican las tecnologías a presentarse.
Por lo que empresas como Vectalia avanzán en el proceso con buses a hidrógeno, mientras que terceros acuden con unidades diésel.
Aquí, el ejecutivo resalta que se juega con una desventaja.
¿Cómo evitarlo? Con estándares bien estipulados”.
A lo que apunta: “Estas son herramientas que permiten reaccionar hacia un modelo energético limpio y va a ser muy complicado avanzar sin pautas claras».