Actualmente, España cuenta con una red que supera los 30.000 puntos de recarga distribuidos en todo el país, instalados por numerosos CPOs que se encargan de impulsar este despliegue.
Cada estación, dependiendo del instalador, opera con una aplicación de pago distinta.
Esto obliga a los usuarios a descargar múltiples apps para cargar sus vehículos eléctricos en los diferentes puntos.
Un estudio realizado por Google revela que, en promedio, los ciudadanos españoles cuentan con al menos 34 aplicaciones instaladas en sus dispositivos móviles y el 80% de ellas solo se usan una vez.
En contraste, “el modelo portugués se destaca por su enfoque en la interoperabilidad”, según señala Carlos Ferraz, e-Mobility Director en PRIO.
En Portugal, la interoperabilidad es obligatoria, lo que significa que todos los CPOs que deseen ingresar al mercado deben estar conectados entre sí.
“Esto ofrece una ventaja significativa para los usuarios y es la primera clave que se debería considerar implementar en España”, subraya en el evento “Investments and new eMobility projects in Spain”, organizado por Mobility Portal España.
En este sentido, asegura que en el país vecino es posible realizar viajes de norte a sur e incluso en las islas con tan solo una tarjeta o aplicación.
Este enfoque no solo beneficia a los usuarios y fortalece el desarrollo de la electromovilidad, sino que también resulta ventajoso para los CPOs.
Pero, ¿puede la interoperabilidad limitar la competencia o dificultar destacarse en el mercado eMobility?
De acuerdo a Ferraz, todo lo contrario.
«La interoperabilidad permitirá que empresas más pequeñas ingresen en el mercado y compitan con empresas más grandes, fomentando así la competencia en el sector«, afirma.
Otro aspecto de relevancia que se espera que España replique es el modelo del mapa de puntos de recarga implementado en Portugal.
Este obliga a que todos los puntos estén conectados en una misma plataforma gubernamental, a la cual tanto los CPOs como los eMSP tienen acceso en línea y al momento.
En España, recientemente, la Dirección General de Tráfico (DGT) presentó el Punto de Acceso Nacional, una plataforma en línea que permite a los conductores consultar la disponibilidad de puntos de recarga.
Allí, los proveedores de servicios de recarga deben enviar previamente al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico todos los datos actualizados sobre sus instalaciones y estos se actualizan en el mapa cada 24 horas.
Sin embargo, para proporcionar a los usuarios la mejor experiencia, Ferraz destaca la importancia de que la información se actualice en tiempo real.
Se suele hablar de la ansiedad por la autonomía al conducir un coche eléctrico, es decir, el temor a quedar detenido en un lugar remoto sin energía en la batería para continuar el viaje.
Sin embargo, la verdadera ansiedad no radica tanto en la autonomía en sí, sino en la preocupación de no saber dónde o cómo recargar el vehículo.
Por ello, un mapa que compile todos los puntos de carga disponibles resulta indispensable para planificar los recorridos.
Ferraz también observa una similitud entre los mercados español y portugués en las considerables trabas burocráticas que enfrentan los actores del sector.
“Es necesario que los gobiernos simplifiquen los procesos para facilitar el avance y desarrollo de la electromovilidad”, indica.
En la actualidad, PRIO es una de las empresas líderes en la instalación de puntos de recarga en Portugal, donde se encuentra electrificando sus más de 250 gasolineras, ubicadas desde el norte hasta el sur del país.
Ahora la compañía busca replicar este liderazgo en España y posicionarse como un competidor fuerte.
Para lograrlo, está llevando a cabo un despliegue en todo el territorio nacional, siendo su locación más fuerte las Islas Canarias.
“Esto se debe a que allí los tiempos de conexión a la red son más rápidos en comparación con la península”, detalla Ferraz.
