Actualmente, Barcelona cuenta con 718 puntos de recarga operativos que llegaran a 1.000 a finales de 2023. Estos puntos se encuentran distribuidos tanto en la vía pública como en parkings subterráneos.
La capital catalana se ha destacado hasta ahora por desplegar una red capilar por toda la ciudad combinando la carga rápida en superficie y lenta en aparcamientos municipales.
Sin embargo, según comenta Xavier Castellsagué, Jefe de la Unidad de Endolla Barcelona, a Mobility Portal España, están evaluando la carga rápida y ultrarrápida con interés, debido principalmente a la demanda creciente de los usuarios.
No obstante, considera esencial mantener también una perspectiva “realista y racional” sobre la carga lenta y planificada, ya que los vehículos están la mayor parte del tiempo estacionados en el núcleo urbano.
Es en estos períodos de larga inactividad que tiene sentido seguir aplicando la carga lenta.
Esta premisa se fundamenta en el hecho de que un incremento en la potencia conlleva la necesidad de racionalizar el uso de la energía, considerando sus costos y su impacto ambiental.
Además, en el marco de su plan, es estratégico seguir apostando por la interoperabilidad acercando los puntos a los usuarios y simplificando el acceso a toda la red de recarga disponible.
Para ello, cuenta ya con 10 operadores a los que se habilita para utilizar la infraestructura existente de Endolla Barcelona, destacándose entre ellos Wenea, Iberdrola, Bosch, Spirii, entre otros.
“Para nosotros, hacer accesible la red de recarga constituye un punto esencial en el ecosistema de la electromovilidad, donde existen numerosas barreras de entrada”, enfatiza.
Para la empresa, resulta fundamental mantenerse a la vanguardia frente a la creciente demanda y el incremento del parque móvil eléctrico.
¿Cómo lo logran? Permaneciendo conectados con toda la cadena de valor, los clientes e, igualmente, con las normativas.
Además, enfocándose en brindar una comunicación clara que transmita tranquilidad a los usuarios, especialmente en este período de constantes cambios.
Considerando todos estos elementos, Castellsagué asegura que Barcelona se encuentra muy preparada para efectuar la transición hacia la movilidad eléctrica.
Y sostiene que la infraestructura de la capital catalana «está a la altura de ciudades pioneras en electromovilidad del norte de Europa como Estocolmo«.
¿En qué estado se encuentran los proyectos de Endolla?
La entidad ha lanzado un concurso público de innovación orientado a obtener productos flexibles y eficientes, que se adapten a las necesidades de recarga en entornos urbanos.
El concurso forma parte del programa InnovAcció 2030 del Ayuntamiento de Barcelona.
En este marco, se han seleccionado dos propuestas ganadoras que se implementarán a través de ensayos piloto en la red de aparcamientos.
La primera empresa encargada de liderar este desafío es EV Safe Charge, que ha desarrollado ZiGGY.
Se trata de un cargador móvil y robótico capaz de desplazarse y dar cobertura a diferentes plazas de parking, sin estar fijo en un único emplazamiento.
En el segundo proyecto, la empresa teknoCEA propone una solución centralizada de carga, con un modelo destinado a la instalación de múltiples cargadores para reducir costes y maximizar la eficiencia.
En concreto, se fabricarán cinco prototipos con un coste significativamente inferior a los cargadores actuales, lo cual puede ser esencial para facilitar aún más el despliegue futuro de nueva infraestructura de carga.
“El objetivo es tener ambos proyectos listos para el primer semestre del 2024. En la actualidad, nos encontramos en la mitad del desarrollo del proyecto”, detalla el Jefe de la Unidad de Endolla Barcelona.
Por otro lado, un proyecto que genera “mucha ilusión” es el Smart Charging, ya que permite optimizar la potencia y racionalizar la energía.
Esta iniciativa consiste en una nueva funcionalidad que permite al usuario planificar su recarga para cargar en las horas valle, informando del momento en que tiene previsto finalizar la recarga y la energía que durante este tiempo necesita.
De esta forma se optimiza el coste para el cliente, la energía necesaria y mejora su satisfacción.
«Se trata de considerar las necesidades de los clientes y optimizar el consumo de energía, ofreciendo a su vez, un coste más económico», explica.
Este proyecto, se prevé que esté integrado próximamente con la aplicación municipal Smou, la APP de referencia de Barcelona y que ya supera el millón de usuarios.
Según adelanta Castellsagué, actualmente están llevando a cabo pruebas piloto, con la posibilidad de lanzarlo al final del primer semestre de 2024.
