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abril 26, 2024
Inés Platini
By Inés Platini

Prohibiciones eMobility: ¿De qué manera evitar una tendencia en expansión?

A principios de 2023, Cataluña prohibió llevar patinetes eléctricos en el transporte público, una medida que recientemente también adoptó Renfe, debido a los incendios causados por estos vehículos. Álvaro Rodríguez de FREENOW analiza las desventajas de esta medida.
Patinete eléctrico

“Me preocupa que se demonice al patinete eléctrico sin que haya una justificación”, indica Álvaro Rodríguez, Senior Public Affairs Manager en FREENOW, a Mobility Portal España.

En 2022, un incendio ocasionado por la explosión de una batería de patinete eléctrico en un vagón de FGC en Sant Boi de Llobregat llevó a que Cataluña prohiba tanto el acceso a los vehículos como a las propias infraestructuras de transporte público.

Según explicaron en su momento, el motivo de esta restricción se debía a “la eventual peligrosidad que supone esta movilidad en entornos cerrados”.

A esta medida se sumó recientemente Renfe, que, a partir del pasado 12 de diciembre, vetó el acceso de patinetes eléctricos en todos los trenes de viajeros.

La razón fue fundamentada de igual manera similar en la situación de peligro generada por los incendios de baterías registrados en algunos medios de transporte público.

Esto no solo afecta a los patinetes eléctricos, sino también a los monociclos o cualquier otro dispositivo de movilidad personal eléctrico o dotado de baterías, con excepción de los de personas con movilidad reducida y las bicicletas eléctricas.

Ante esto, Rodríguez señala: “El problema no es el patinete, sino la manipulación incorrecta de una batería de ion litio”.

Esto indica que no solo los vehículos tienen baterías que puedan haber sido alteradas, sino que también puede suceder con dispositivos como teléfonos móviles o computadoras portátiles.

“A unos les dejamos y a otros no. Tendría sentido que se centraran en la seguridad y en la certificación de todos por igual”, subraya. 

Y agrega: “Afortunadamente, esta medida cautelar fue acompañada con un mensaje que indicaba que se sentarían a analizar el problema y considero que es importante para no hacer pagar a justos por pecadores”.

En este sentido, hace hincapié en la necesidad de distinguir entre los vehículos certificados, que se consideran seguros, de aquellos que no lo son.

Recientemente, la Dirección General de Tráfico (DGT) estableció una normativa para poder regular los Vehículos de Movilidad Personal (VMP).

Desde enero de este año, está prohibido comercializar patinetes eléctricos que no cumplan con los estándares de calidad y seguridad fijados por la Resolución de enero de 2022.

De esta manera, todos los VMP que se vendan, requieren ahora un certificado de circulación y una identificación, que garantiza el cumplimiento de los requisitos técnicos impuestos por la DGT.

Los VMP anteriores pueden seguir circulando hasta el 22 de enero de 2027

El objetivo es que en ese año todos los patinetes que circulen por el territorio nacional cumplan con los máximos estándares de seguridad que la tecnología permite en la actualidad.

No solo ello, sino que además los VMP deberán someterse a una Inspección Técnica de Vehículos (ITV) que constará de más de 30 puntos de revisión. 

Entre ellos se destaca la batería, comprobando si presenta golpes, la presencia de una supletoria y el voltaje de la misma.

Considero que es una herramienta muy positiva. Debemos ir contra el problema, contra la manipulación y ofrecer soluciones, porque efectivamente la movilidad compartida y descarbonizada será siempre la mejor opción”, afirma Rodríguez.

Según la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), las formas de movilidad basadas en servicios continúan creciendo cada año.

En la actualidad, más de un millón de personas utilizan las más de 22.000 bicicletas y 18.000 patinetes eléctricos desplegados en toda España.

De acuerdo al organismo, si bien la bicicleta compartida conquista cada vez más ciudades, la implantación del patinete eléctrico compartido es un desafío mucho más complejo.

Esto se debe a la falta de reglas comunes de seguridad vial en todos los municipios y al desconocimiento por parte de las autoridades municipales sobre cómo implementar este servicio de manera segura y eficiente.

Así como también la mala prensa y la infoxicación en torno a este medio de transporte.

Un ejemplo de ello es Barcelona que ha prohibido la implementación de patinetes eléctricos compartidos en la ciudad.

La principal razón ha sido la tensión que estos vehículos generan en el espacio público, como las aceras y las plazas, así como una preocupación relacionada con la seguridad vial.

“Este es otro tema que está pendiente, pero el patinete bien utilizado, lejos de ser un problema, es una solución magnífica”, enfatiza Álvaro Rodríguez.

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