Esta decisión de BYD representa un revés para las aspiraciones de España, que también estaba en la contienda para atraer esta inversión, y Asturias figuraba entre los territorios considerados como candidatos.
La elección de Hungría se habría confirmado después de una reunión entre el presidente de la empresa china, Wang Chuanfu, y el primer ministro húngaro, Viktor Orban, celebrada en el país de orugen de la marca el mes pasado.
A pesar de esta decisión, aún existe una posibilidad para Asturias, ya que fuentes cercanas a las negociaciones indicaron que BYD podría modificar sus planes originales y dividir la planta en dos.
La primera factoría, de aproximadamente 500.000 metros cuadrados, se establecería en Hungría, y el destino de la segunda factoría estaría pendiente.
En este escenario, Asturias podría mantener su candidatura, aunque otras zonas de España también podrían resultar de interés para el fabricante chino.
La visita de una delegación de BYD a Asturias antes del verano evidenció el interés de la empresa en la región, especialmente en la Zona de Actividades Logísticas e Industriales de Asturias (Zalia) en Gijón.
Estos terrenos cumplían con los requisitos iniciales de BYD, como la disponibilidad de más de un millón de metros cuadrados de suelo industrial con acceso directo al mar para exportar los vehículos a toda Europa.
BYD, especializado en vehículos eléctricos, ya había anunciado previamente sus planes de construir una fábrica de ensamblaje de baterías en la ciudad húngara de Fót, a 17 kilómetros de Budapest, con una inversión de 27 millones de euros.
La elección de Hungría para la nueva factoría de coches eléctricos consolida aún más la relación de BYD con este país, que ya alberga una planta de ensamblaje de autobuses eléctricos desde 2017.
Aunque la opción húngara parece firme, BYD aún no ha realizado un anuncio oficial y podría haber cambios en sus planes antes de la confirmación final, programada para finales de año.
La elección de la ubicación de la factoría es estratégica y podría influir en las aspiraciones de España de convertirse en un nodo clave para la movilidad eléctrica en Europa.
El Gobierno español ha buscado incentivar estas inversiones mediante la sección B de la segunda convocatoria del PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC II), dotada con 559 millones de euros de recursos públicos. El plazo para que las empresas interesadas presentaran sus solicitudes concluyó el pasado 15 de septiembre.
BYD, que se ha asociado con Mercedes-Benz para una nueva submarca llamada DENZA y está preparando una gama de coches eléctricos, aún tiene oportunidades de inversión en España, donde se han mantenido contactos con representantes del Gobierno regional de Asturias y se han explorado terrenos en la Plataforma Loxística e Industrial de Salvaterra / As Neves (Plisan).
España espera atraer no solo a BYD, sino también a otros fabricantes importantes del sector como Stellantis o Tesla.
En resumen, BYD ha tomado la decisión de establecer su primera fábrica de coches eléctricos en Europa en Hungría, dejando atrás las opciones de Vigo (Galicia) y Gijón (Asturias).
Sin embargo, la confirmación oficial se espera para finales de año, y España aún mantiene la esperanza de atraer inversiones significativas en el sector de la movilidad eléctrica.
